lunes, 10 de noviembre de 2014

Día 9 - Taipei



La previsión del tiempo decía que estaría el día cubierto y bastantes posibilidades de lluvia y no se equivocaron. Según salí del hotel para ir al Mos Burguer a desayunar ya me mojé un poco y es que sin ser una lluvia fuerte si que caía bastante. Una de las cosas de Taipei es que casi todas las calles tienen soportales, así pues puedes ir a cubierto la mayor parte del tiempo y esto supongo que será así porque en la época de lluvias lo hace con ganas, aunque muchas veces estén ocupados por scooters, se circule en bici o estén medio ocupados por puestos. En el Mos hice lo mismo de ayer, pedir uno para comer y otro para llevar, pero estando el tiempo como estaba no me fui al parque, de todos modos, al ser domingo no había tanta gente como otros días.


De vuelta al hotel no tenía mucha prisa por salir a mojarme, así que estuve haciendo algunas cosas hasta un rato después que ya con el chubasquero salí a la calle para ir al metro e ir hasta Tamsui, una ciudad que está al norte, pero que se llega en metro, es la última estación. Tamsui se encuentra a orillas de la desembocadura del río Danshui y tiene su historia, porque dada su posición, era un buen punto de defensa y de comercio, primero llegamos los españoles, después los holandeses, tras estos los británicos, y más tarde, los japoneses, total unos cuantos años de ocupación y cada uno dejando su huella. Así que tenía unas cosillas que podrían resultar interesantes. Hasta llegar hay un buen paseo y pensé que iba a tener suerte y dejaría de llover, pero no fue así, con mayor o menor intensidad me ha llovido todo el rato, una pena y una molestia.


Tras salir del metro y centrarme un poco llegué al templo Yinshan, que era uno de los principales puntos de interés. Lo más destacable es que en la entrada tenía un estanque con kois, las típicas carpas que hay en muchos de ellos. Después tenía que medio volver por donde había venido para ir hacía los lugares más coloniales. El comentario que hacía de los soportales, aquí no se aplica, no había y además en la calle principal había un montón de gente, puestos, tiendas, un mercadillo, en fin un buen lío para poder ir pegado a la pared y mojarme lo menos posible, cosa que ha resultado imposible.


Al final he ido yendo a los sitios que parecían más interesantes, aunque, esta vez también he dejado de lado otras que ponía porque no he sabido muy bien como llegar y con el tiempo que había tampoco me he peleado mucho con ello. El primer sitio donde he estado ha sido la residencia del oficial de aduanas. Un edificio de tipo bungalow de una sola planta blanco, que se conocía como la casa blanca, con unos soportales en la fachada principal con arcos. Después estaban los tres o cuatro sitios que he dejado de ver y  me he metido en el campus de la universidad Alethia, la primera universidad occidental de Taiwán, fundada por George Leslie MacKay un doctor y misionero canadiense que enseñó técnicas de medicina y enseñanza occidental a los de la zona. El edificio original de la universidad ahora lo ocupa el Oxford College, el interior no me pareció demasiado interesante, consiste básicamente en reconocimientos y premios de taiwaneses que han estudiado allí.


Después, volví un poco sobre mis pasos para ver la casa de los misioneros, pero no entré, que se encuentra junto a otros dos edificios de la universidad. La parte más interesante, al menos para mi gusto, fue el fuerte Santo Domingo, que con ese nombre no podía haber fundado por nadie más que por los españoles y la casa del antiguo consulado británico. El fuerte original fue construido en 1628, pero tras irse los españoles, los holandeses construyeron el que se conserva ahora en 1644, llamándolo fuerte Anthonio, aunque nadie hace referencia a ese nombre y si al de su fundación, también es conocido como la Fortaleza Roja, y no tiene nada que ver con la de CdHyF, esta es bastante más modesta. Junto a ella la casa del antiguo consulado británico conserva los interiores de la época en la parte de abajo y en la superior había una exposición sobre el decorador.


Al terminar decidí hacerlo por la orilla del río y, de paso, buscar algún sitio para comer, no encontré nada que me llamase la atención, pero pasando por uno de los puestos un me ofreció un trozo de calamar y al final pillé un pequeño cuenco, total me daba igual una cosa que otra y me había gustado la degustación, el problema era encontrar un sitio a resguardo para comerlo, pero al final como mucha gente, en la estación de metro había una especie de sala de espera y allí estaba todo el mundo comiendo.

Después de comer, como tampoco quedaba nada que hacer por allí, cogí el metro de vuelta a Taipei. Aproveché para bajarme en la estación y canjear el Taipei Pass. Al final creo que no lo voy a amortizar, pero bueno, será por poco, porque entre los dos usos en el HSRT casi ya se amortiza. Aproveché también para reservar asiento en el tren del día siguiente y una cosa menos que tenía que hacer al día siguiente. Al salir de la estación como no llovía cogí una bicicleta y me fui al hotel tranquilamente.


Como tenía toda la tarde prácticamente por delante y no tenía muchas ganas de sacar la cámara de paso, porque el tiempo no acompañaba, en cualquier momento se podía volver a llover y el día anterior cuando estuve por la mañana a pie del Taipei 101 vi un complejo de multicines me acerqué a ver Interstellar. El taquillero que me tocó llamó a otro y saqué la entrada para la sesión que quería, además de darme un sitio en la parte de atrás de la sala, como me gusta. Me indicó que era la sala y el asiento ya que la fila no había problema porque están nombradas con letras. Hice un poco de tiempo y paseando por la galería comercial vi como Álex Márquez quedaba tercero en Moto3 y se proclamaba campeón del mundo y cuando faltaban unos diez minutos me fui para la sala. En el control de acceso me dijeron (se supone) que esperara un poco, después de unos cinco minutos abrieron el acceso y nos fueron colocando en una cola para más tarde dejarnos pasar a las salas. una cosa que me llamó la atención es que pasamos entre dos detectores de metales como los que tienen en las tiendas. En la entrada de la sala dependiendo de tu butaca entras por una puerta u otra y en este caso se entra por la parte superior.


La película me gustó en parte, pero tiene otras cosas que no me gustaron demasiado, también puede ser que me perdiera algunas cosas, porque cuando había escenas de música, esta la tenían a todo trapo, como ellos tienen la opción de leer los subtítulos en chino les daba igual, pero a mi no. El caso es que pensé que serían más bulliciosos en la sala, pero no, todo lo contrario, en cuanto se apagaron las luces nadie siguió con el móvil y toda la gente callada, eso sí, alguno parecía que usaba un bulldozer para coger las palomitas, pero bueno, en España creo que en general se hace más ruido.

Al terminar la película era bastante tarde y pensé que tendría problemas para encontrar algún sitio donde encontrar algo de cena. Cogí una bici y me fui para la zona del hotel que hay una calle donde ha bastantes sitios y muy mala suerte tenía que tener para no encontrar nada que me gustara y al final encontré un sitio donde te ponían una especie de crepes rellenos que estaban bastante buenos, lo único que lo pedí sólo con huevo y queso y debería haberlo pedido con todo, que llevaba un poco de verde y jamón, pero bueno. Después vuelta la hotel donde empecé a ver el GP de Brasil de Fórmula 1 pero a falta de unas veinte vueltas me estaba quedando dormido y cerré el chiringuito.


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