Último día en Kyoto, ya que mañana bajo a Hakata. Ha sido un día de lo más curioso, además cambiando un poco el plan inicial, porque por la mañana pensé que sería mejor volver al ryokan a las 15:00h poner la lavadora y luego irme a Kobe, así tenía más flexibilidad para volver, sin pasarme de las 23:00h, claro. En principio me desperté un poco más temprano que el resto de días, tampoco mucho, media hora, pero como ya no iba a dormirme pensé aprovechar mejor el día, ya que a medio día tendría que hacer un parón.
Antes de las 8:00h de la mañana estaba cogiendo el 101 para ir al Kinkaku-ji, el tiempo, como la otra vez y el resto de días que llevo aquí, cubierto, pero no parecía que fuese a llover, de hecho no me he llevado el chubasquero. El templo dorado es espectácular, se mire por donde se mire, además el lago que hay delante, con esos reflejos... una pena que no dejen usar el trípode, aunque lo entiendo porque pasa muchísima gente por allí y si la mayoría empezamos a poner nuestro trípode, mal asunto, además así garantizan más movimiento, porque no es lo mismo montar el trípode, cambiar, ir a otro sitio, que con la cámara de un lado a otro, es cierto que no te dicen nada por estar de un lado a otro ni hay tiempo para estar, por ejemplo frente al pabellón, pero como no estás tu solo, al final te mueves, porque si no es uno se pone delante otro así que hay que aprovechar cuando encuentras un buen sitio para hacer las fotos que quieres. La visita además me ha servido para poner dos sellos más, porque además del Kinkaku-ji está Fudo-do que no es más que una sala con una imagen.
A la salida he cogido el 59, estaba vez, sí, como en 2010 que recuerdo el día del Kinkaku-ji como el día que andamos como pollos sin cabeza más tiempo que otra cosa, y es que no es lo mismo ver en el mapa que el siguiente sitio interesante, el Ryoan-ji aparece a nada y luego ponerte andar y tardar más de media hora, así que hoy no iba a cometer el mismo error y he cogido el bus.
Lo más destacado del Ryoan-ji es su jardín zen, un rectángulo con 15 piedras y el resto del espacio con piedra reastrillada. Así dicho no parece nada del otro mundo, que no lo es, la verdad, al menos para visión occidental de estas cosas, pero los japoneses se pueden quedar un buen rato disfrutando de la equilibrada composición. Además del pabellón y el jardín hay un estanque con un pequeñovelador, muy chulo al que se accede cruzando un pequeño puente y una torii.
Tras esto, vuelta al 59 para ir hasta el Ninna-ji, el antiguo palacio imperial de Japón y que bien merecia otra visita, porque me gustó la otra vez bastante y además así ponía otro sello faltante. Aquí no he encontrado nada cambiado ni nuevo, pero como el mundo es más pequeño de lo que parece me he econtrado con el Californiano del primer día, aunque ya me lo había cruzado al entrar al Ryoan-ji, pero esta vez hemos hablado un poco más de qué íbamos a ver y demás, además le he dado un plano con las líneas de autobuses que es mucho más comodo que el que él llevaba y del que yo tengo unos pocos.
A la salida he dejado de ir al resto del complejo, porque no lo recordaba demasiado interesante, aparte de la págoda, pero tampoco me apetecía subir hasta ella y además quería ir a Arashiyama, que nunca había ido, para llegar allí, vuelta al 59 hasta el final de línea y luego, desde allí, pensaba ir al Daikaku-ji, pero he visto que me iba a pasar como hace dos años y he decidido cambiar de idea y coger el 11 hasta la zona del Tenryu-ji. En Kyoto hay dos tipos de autobuses, los que tienen un precio igual vayan a donde vayan, 220Y y en los que puedes usar el pase diario de autobús y luego están otros que pagas según la zona a la que vayas, llevan el número sobre fondo blanco y al montar coger un papel con el indicador de parada, hay un panel donde te va indicando lo que tienes que abonar cuando bajes, y hay que entregar la cantidad justa, porque el conductor no tiene contacto con el dinero en ningún momento, de todos modos la misma máquina donde metes el ticket te da cambio de hasta billetes de 1000Y, y a qué viene todo esto, pues que el 11 es de esos, la verdad es que es la primera vez que lo uso así, con dinero, porque el de Ohara era igual, pero como llevaba el pase diario no tuve que cambiar.
Y hablando de cambios y dinero, estaba viendo que mi disposición de fondos en la cartera era preocupante y que no iba a poder hacer mucho más como no encontrase un cajero, cosa harto dificil en Japón, aunque parezca mentira, la mayoría las operaciones se hacen con efectivo y no es muy habitual el poder pagar con tarjeta y a diferencia de España que tenemos un cajero cada 25m aquí brillan por su ausencia y en la zona a donde he llegado no iba a ser menos, así que al final, he ido haciendo calculos para no quedarme tirado, al menos la vuelta la iba hacer con el JR Pass, así que volver, podría volver sin problemas.
Nunca había estado por Arashiyama, pero promete, la pena es que no he podido estar todo el tiempo que he querido porque al final me he quedado sin fondos, he visitado el Hogon-in y el Tenryu-ji y no me ha dado para más. El primero la verdad es que si lo llego a saber me lo ahorro. No se si es porque esta zona está más masificada, aunque lo dudo, porque más gente que en el Kiyomizu-dera no he visto pero aquí en el primero no te sellan el libro, te lo dan, como hacen en todos, si no llevas el shuincho y en el Tenryu-ji lo que en otros te escriben según entregas el libro, lo tienen como un sello, así que te ponen sólo sellos... al menos te cobran menos, pero no se, a mi además del sello me gusta ver como escriben.
Antes de quedarme sin dinero he parado a coger unas bolitas de pulpo, están muy ricas, además como es de suponer las hacen en el momento y mola verles como les dan forma con el punzón que usan según va cuajando la masa, luego una coca-cola y ha sido mi comida de hoy, unos días tanto, ayer, y otros tan poco, hoy.
Como cuando me he quedado sin dinero aún era pronto para volver he estado pateando un poco la zona y he pensado que voy a tener que volver otra vez por aquí, aunque sea para ver bien Arashiyama. Si algo me está dejando claro esta vez Kyoto es que tienes cosas para ver durante semanas, porque mañana me voy a Hakata y aún me quedan unos cuantos sitios que ni la anterior vez, ni esta he visitado. Kyoto, mola.
De vuelta al ryokan, ya que estaba por la estación he aprovechado para reservar asiento en el shinkansen entre Shin-Osaka y Hakata, no había en el tren que quería y aunque podría montarme y probar si hay suerte, en el siguiente he reservado asiento sin problemas, y sólo llego cuarenta minutos más tarde que el otro, así que, he preferido asegurarme el asiento, que estos días viaja mucha gente en este país. Además he buscado un cajero, pero en los que he probado no funcionaba mi tarjeta... menos mal que en el ryokan me han dicho que probara en los del 7 eleven, y voilá, ya tengo fondos, de nuevo, a ver cuanto me duran.
Después de la lavadora y el secado me he ido a Kobe. Como el día se había despejado bastante, de hecho en Arashimaya he tenido sol, era una buena oportunidad para noctambulear algo. Hoy además en vez de bajarme en Sannomiya, como ayer, como iba a ir únicamente al puerto me he bajado en Kobe que queda mejor y además me ahorro el subir por pasarelas para evitar la autopista que bordea el puerto.
Esta tarde ha hecho un día genial, una pena el haberme venido antes al ryokan, pero yendo a Kobe estaba dando el sol de lo lindo, bueno, de hecho esta mañana el rato de sol que hemos tenido ha sido suficiente para dejarme el cartón rojo, la gorra la había dejado en la maleta...
Cuando he llegado aún no había anochecido, pero casi, y he ido por detrás, una zona por donde no estuve ayer y al llegar a la parte de enfrente a donde está la torre me encuentro unas carpas y un montón de mesas debajo llenas de gente, comiendo salchichas y bebiendo cerveza, ¿Oktoberfest?, sí, el Oktoberfest de Kobe, que se celebra en mayo, pero creo que a los japoneses les da lo mismo, son la leche, tenían un escenario con una banda tocando canciones típicas "alemanas", entre ellas los pajaritos... la pena que no estaba ya junto a las carpas si no, me río a gusto. Estando en el "Okoberfest" no he podido resistirme a la tentación de comerme un par de bratwurst, eso sí, sin cerveza, iba a coger una, pero he me duele que me cobren 1200Y por una cerveza, que encima tampoco me hace demasiado tilin, el caso es que me he sentado con la gente y disfrutado un poco de la música y el ambiente festivo, como era de esperar me han parado para preguntarme si era alemán... y cuando les he dicho que no, que español, rapidamente, como hasta ahora todas las veces lo primero que me dicen es... Barcelona.
Después he estado dando vueltas alrededor del puerto haciendo algunas fotos y cuando me he cansado, porque además tenía que tener en cuenta la hora de vuelta y que tenía que cenar, me he ido a la estación y en un sitio que había visto a la ida me he metido a cenar carne al estilo tokensu.
Así he pesado mi último día en Kyoto, una pena no haber podido aprovechar mejor el buen tiempo que hemos tenido hoy, a pesar de amanecer cubierto, pero a última hora de la tarde se estaba genial en Kobe, al lado del mar, la brisa... mola estar de vacaciones... mañana 660km de viaje hasta Hakata-Fukuoka. Nunca he estado tan al sur, la otra vez me quedé con ganas de llegar a Kyushu, así que para esta vez era uno de los sitios a los que quería llegar. Allí estaré cuatro noches y creo que también tengo internet en el hotel, así que espero poder seguir como hasta ahora, al día. Y bueno, aunque no tenga nada que ver... ¡¡Hala Madrid!!
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