jueves, 20 de octubre de 2016

Día 8 - De Merzouga a Fes


Hoy teníamos unos 500km por delante para ir desde Merzouga a Fes y decir adiós a las dunas. Lo primero nada más levantarme ha sido darme un chapuzón en la piscina, había que aprovechar el última oportunidad de hacerlo. Después a desayunar, que hoy lo teníamos tipo buffet, porque venía un grupo grande que había pasado la noche en el desierto y así resultaba más cómodo, pero de este modo creo que he desayunado menos que otros días, aunque había unos crepes que no nos han puesto los otros días, estos eran más esponjosos que las tortitas que nos han puesto otros días, estaban muy ricos.

Una vez recogidas las cosas hemos empezado viaje, con un pasajero, ya que íbamos a llevar a uno de los guías del hotel. Para ir a Erfoud en vez de ir por la carretera normal hemos ido por lo que antiguamente era una pista y que ahora es una carretera bastante decente, en paralelo a las dunas, con lo cual es más entretenido. En Erfoud hemos parado un momento para que le dieran unas cosas al guía y hemos seguido viaje poco después. A pocos kilómetros de Erfoud hay un geiser y hemos parado para hacer unas fotos, la verdad es que es curioso, en parte me ha recordado a Río Tinto, porque debe tener bastante hierro, ya que tiene colores rojizos. Junto al geiser hay otro par de charcos burbujeantes y un tenderete bastante bien montado que vende los típicos fósiles, pañuelos...

Siguiendo la ruta, muy cerca del geiser hay un enorme palmeral en paralelo al río y a la carretera, así que en un punto un poco más alto hemos parado también para hacer algunas fotos. A mi me ha parecido más grande que el del otro día al salir de las Gorges del Todra, pero a saber. Hemos llegado a Er-Rachidia, la capital de la provincia donde estábamos, pero la hemos dejado aparte y hemos seguido por lo que sería una circunvalación. En un momento dado, nuestro acompañante nos ha dicho que estábamos pasando junto a un palacio que un árabe tiene allí y, como curiosidad, tiene su propia gasolinera, que lo hemos visto... 


Una vez pasado Er-Raichida hemos empezado a subir, no con un desnivel tan acentuado como cuando vinimos, pero constante. La carretera va en paralelo al río que llena un enorme embalse y el paisaje era bastante chulo, las paredes no eran tan pronunciadas como las de las Gorges, pero durante las últimas lluvias la carrtera parece ser que estuvo cortada y hemos cruzado un túnel, si no recuerdo mal, es el primero que cruzo en Marruecos y me parece que no son muy habituales. La carretera ha llegado a una llanura entre las dos cordilleras y henos parado a poner gasolina y comprar algo para comer, porque nuestro acompañante no iba a comer de nuestros ibéricos.


Al llegar al siguiente paso, hemos parado en la bajada, en un mirador que se abria en otra llanura. Mientras estábamos comiendo se nos han acercado dos mujeres con cuatro criajos pequeños a pedir y Luismi les ha dado unos bollos que compró esta mañana, también unos bolígrafos y alguna cosa más. El viaje ha sido como los de hace unos treinta años en España, carretera de doble sentido y en condiciones bastante variables, algunos tramos buenos y otros no tanto, así que el viaje se ha hecho un poco largo. El siguiente punto de interés ha sido un bosque en donde hemos parado a ver los monos que por allí merodean, otra curiosidad de la carretera por la que hemos circulado es que es donde más perros hemos visto. En general en las ciudades no se ven, gatos mogollón, pero perros casi ninguno, no sabemos si tendrán algo con ellos, pero no hay, sin embargo en la carretera parecía que se la había repartido por tramos y había un montón de ellos a ambos lados.


 Una vez hemos salido del bosque hemos llegado al cruce donde, por un lado se va hacia Meknes y por el otro a Fes, allí es donde se ha bajado nuestro acompañante para seguir su camino a Rabat. Para nosotros es una tontería que se haya quedado allí, puesto que se tenía que buscar un transporte hasta Meknes y desde Fes hay tren a Rabat, aunque estés un poco más lejos, pero bueno, allá cada cual. El último tramo de carretera antes de llegar a Fes atraviesa lo que llaman la Suiza Marroquí, Iframe, y la verdad es que algunas casas se parecían a las que hay en algunos pueblos de la sierra de Madrid, por ejemplo. La verdad es que ha sido un recorrido de contrastes, porque poco después había un bosque de encinas y al acabar la última fila de ellas, otra vez el paisaje árido desértico.


Al entrar en Fes se nos ha acercado un motorista a ofrecernos sus servicios, entre ellos un hotel, le hemos dicho que no lo necesitábamos y hemos pasado de él hasta que nos ha soltado una bordería, que si a Luismi le hubiera dado por ahí, le manda con el Montero a él y a la Mobylette al centro de la plaza, pero bueno. Al final hemos encontrado el hotel, que está bastante nuevo y nos hemos quedado un rato descansando y luego hemos salido a cenar. Para mañana le hemos pedido al del hotel que nos traiga un guía y creo que será lo mejor, porque aquí, visto lo visto, tiene pinta de que son muy pesados.



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