lunes, 17 de octubre de 2016

Día 6 - Llanuras de Marha


El albergue en el que estamos en Merzouga, realmente se ubica en Hassilabied está muy bien, tiene una piscina en el patio en donde se sirven las comidas y las habitaciones dan a un patio. Cuando llegamos ayer el albergue estaba lleno de paisanos y eso esta mañana ha sido un problema, porque han madrugado para irse y nos hemos tenido que enterar todos que se les habían olvidado las garrafas, ya se sabe, españoles e italianos los más vocingleras. Una vez despiertos, lo primero que he hecho ha sido darme un baño en la piscina, el agua no estaba caliente, tampoco helada, pero estaba fresca, pero al rato se está bien. Tras el baño, una ducha y a desayunar. Nos han puesto un montón de tajines pequeños de colores con cosas, cada uno una, así que había que ir levantando las tapas para ver que era cada cosa, también teníamos bizcocho, huevos cocidos, pan y los crepes, que esta vez estaban más como el primer día en Marrakech, un poco tiesos, al final un buen desayuno.


Hoy no teníamos prisa ninguna, el plan era ir a las llanuras de Marha donde hay unas esculturas realizadas por un alemán, Hannsjörg Voth y pasar por allí el rato, Luismi había estado cerca de una de ellas, son tres, pero no recordaba muy bien donde era y miramos antes por donde llegar. Hemos salido un poco más tarde en dirección Erfoud, primero por un poco de pista y luego por la carretera, cuando hemos cruzado por Risani le hemos pillado otra botella de agua helada al mismo tipo de ayer, ya que el hielo por aquí no se usa y la hemos metido en la nevera.


En Erfoud el ruido que nos lleva haciendo el Montero era un poco exagerado y hemos metido el coche en un foso a ver si Luismi veía donde estaba el problema. Tenemos ubicada la zona, rueda delantera derecha, pero tras ajustar unos tornillos hemos seguido igual, así que hemos continuado camino. Una vez pasado Ezra teníamos que buscar una vía hacia la derecha para ir a las esculturas, así que hemos visto una y nos hemos metido, pero nos ha llevado a un callejón sin salida, una presa. Mientras estábamos en la presa a llegado un bereber en la mobylette y le ha dado carrete mi primo.
Nos ha dicho que nos enseñaba los pozos artesanos, pero cuando ha ido a arrancar la moto, no iba, se le había salido la cadena, así que le hemos llevado hasta la jaima colgado de fuera. Una vez allí hemos bajado a los canales que surten los pozos, hay un montón de ellos, en cinco canales, uno por cada una de las tribus, ha sido curioso y me las he apañado para hacer un par de fotos sin el trípode.


A la salida le hemos preguntado como ir a las esculturas y se ha ofrecido de guía, así que le hemos montado en el coche, esta vez dentro y hemos ido hacía las esculturas, empezando por la Espiral Áurea, allí nos ha recibido el encargado de la misma, pero como llevábamos a Abdul, les hemos dejado que se entendieran entre ellos. La espiral gira alrededor de un pozo y en su interior hay habitaciones, pero no hemos llegado a entrar. He hecho unas fotos desde fuera, es curiosa, porque no pega demasiado con el entorno, es una construcción de piedra negra en contraste con los tonos arena de alrededor, aunque tampoco se eleva demasiado, unos 6m y queda, por ello algo disimulada. Al guarda le hemos ofrecido una cerveza, pero ha preferido un refresco y hemos estado charlando un poco con él.


Siguiendo la pista que nos indicaba Abdul hemos llegado a la segunda obra, la ciudad de Orión, en donde había otro guarda. Esta es la obra más grande y es una representación de la constelación de Orión en la tierra, cada una de las torres es una de las estrellas. El guarda nos ha dicho que nada de fotos dentro, aunque tampoco había mucho que fotografiar por dentro. Nos ha enseñado donde vive, en una de las torres, que tiene un pozo, allí hace vida. A este le hemos dado otra lata y por la última escultura.

Nada más llegar a la escalera estelar llegaban un par de moteros, ha resultado que eran españoles, y se he quedado mi primo hablando con ellos, mientras yo daba la vuelta haciendo fotos y Abdul hablaba con el guarda y otro que andaba por allí. La escalera tiene habitaciones, pero tampoco hemos llegado a entrar y tiene unos 16m de altura y 52 escalones, que tampoco hemos llegado a subir, más que nada, porque también le tenían puesto un precinto de no pasar. El caso es que cuando he terminado de hacerle fotos, hemos recogido el tenderete y nos hemos ido a devolver a Abdul a su puesto.

Cuando hemos llegado nos ha presentado al hermano, no recuerdo el nombre, que había recogido la moto de la presa. Como era la hora de la comida les hemos dicho de comer allí y así ha sido. El hermano de Abdul se ha ido a comprar para un tajin bereber y mientras hemos estado charlando con Abdul, que nos ha enseñado fotos de la familia, que está en las montañas y él y su hermano son los encargados del puesto que tienen para los turistas. La verdad es que Abdul es un buen personaje. Una cosa que he comprobado por aquí es que los musulmanes no le hacen ascos al alcohol, en su mayoría, a Abdul le hemos preguntado que si hacía el Ramadán y nos ha dicho que si, pero bien que se ha trincado por la mañana una cerveza...

Pasando el rato ha vuelto el hermano, al que ha ido a buscar Luismi porque tardaba demasiado, no fuera a ser que le hubiera cascado la moto, pero no, es que estaba cerrado y hasta que ha encontrado las cosas. Una vez allí se ha puesto a preparar la comida. El tajín bereber es de verduras en su mayor parte, aunque en la parte inferior había algo de casquería, que no he probado, el resto patata, berenjena, cebolla, pimiento, tomate y alguna cosa más, también nos han puesto aceitunas y con el pan hemos comido, la verdad es que estaba muy rico, aquí si se come con la mano hay que hacerlo con la derecha. Cuando hemos terminado les hemos dado un dinero y les hemos comprado unos pañuelos.


De vuelta a Merzouga, Luismi ha pensado llevar el coche a un mecánico que conoce a ver si podía dar con el problema, pero a mi me ha dejado en las dunas y me he subido hasta donde he llegado, porque hasta arriba quedaba un poco y la verdad es que me estaba costando y como la foto tampoco iba a cambiar mucho estando un poco más arriba, me he asentado en una y me he puesto a fotografiar el ocaso. Hoy, como ayer, ha estado medio oculto por las nubes, pero bueno, creo que le puedo sacar provecho con un HDR cuando llegue a casa. La bajada ha sido mucho más sencilla y ha molado bastante más, me he tirado por la bajada más grande y me hundía hasta la rodilla en la arena, menos mal que iba descalzo, que ha tenido su lado malo al andar hacia el hotel, porque ha habido algunos tramos de chinitas que me han masajeado más de la cuenta las plantas.


He llegado sin luz al hotel, mañana probablemente me quede un rato más por arriba y aprovecho para hacer algo sin luz, porque salir a noctambulear no le veo mucha chicha. Apenas llevaba cinco minutos en la habitación ha llegado Luismi, que no ha tenido suerte y sigue el Montero haciendo ruido. He aprovechado para darme un bañito en la piscina y luego a descansar en la tumbona mientras escribía esto y esperaba la cena tomando un refresco. Después de cenar he terminado de rematar la entrada y a descansar, mañana daremos la vuelta a las dunas.


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