martes, 23 de junio de 2015
Día 8 - De viaje a Philadelphia
Llegaba el día de abandonar Canadá e irse para Estados Unidos para la última etapa del viaje. La noche del 23 al 24 era la única que no teníamos reservada, queríamos pasarla de camino a Philadelphia en algún parque natural, y el parque natural más grande del estado de Nueva York es el Adirondack, así que estando de paso era la opción más lógica y cómoda para pasar la noche. Al final elegí un sitio en Lake George, al sudeste del parque y que se encuentra a unos 300km de Montreal.
Como teníamos que coger el coche sobre las 10.00h en el aeropuerto también había que tener en cuenta la hora en la que nos caducaba el billete de 24h que habíamos comprado el día anterior, así que sobre las nueve de la mañana nos poníamos en marcha. Al mirar la parada del 747, buen número para el autobús que va al aeropuerto, me lie un poco y pensaba que se cogía en la misma calle en la que hacía esquina nuestro hotel, pero no, había que bajar un poco y al final hemos andado un poco de más, pero bueno, hemos llegado bien para montar al 747 en hora. El recorrido hasta el aeropuerto nos ha llevado más o menos una hora.
Una vez en el aeropuerto nos hemos ido a recoger el coche. A la señora que nos ha atendido era difícil de entender, nos ha dicho que el coche que teníamos reservado no podía ser, que tenía que ser uno más pequeño, pero que era más nuevo, un Hyundai Accent, sin problemas, mientras nos lleve a donde queremos, luego le hemos pagado el depósito de combustible y nos despreocupamos un poco de ese tema, El coche, efectivamente estaba nuevo, 600km solamente y en vez de azul como el que usamos para ir a Niagara Falls es plateado, es chulo el coche, la verdad. Cuando hemos salido del aeropuerto esta vez nos hemos liado menos, aunque nos hemos salido dos veces de la ruta para comprobar que íbamos bien, una de ellas con cambio de sentido incluido, que si no, no tiene gracia. Una vez en la 15 Sud, ya estábamos en la dirección correcta.
La verdad es que no había demasiado tráfico y la carretera era tipo autovía con dos carriles y una mediana inmensa entre ambos sentidos. En general me ha parecido que se corría menos que en Toronto, pero aún así, poniendo el cruiser un poco más rápido de la velocidad permitida nos han pasado hasta los camiones. El caso es que llegábamos al puesto fronterizo y hemos estado esperando hasta que nos ha tocado el turno como una hora y pico largas. Una vez en lo que sería el paso de inmigración el agente que nos ha atendido ha decidido que debíamos pasar una segunda inspección, así que nos ha cogido los pasaportes y hemos tenido que ir a unas oficinas. Allí hemos estado casi otra hora hasta que nos ha tocado y nos han dejado pasar a Estados Unidos, eso sí, pervio pago de otros 6$ cada uno... el caso es que bastante más tarde de lo que había pensado estábamos en yankeelandia.
Ha sido cruzar la frontera y si antes el paisaje era plano y verde, se ha empezado a ondular un poco y ha haber árboles por todas partes, en la mediana durante kilómetros no se ve el sentido contrario de la cantidad de árboles que hay por medio, parecen pequeños bosques, la verdad es que el paisaje es precioso, y además el cielo acompañaba bastante con unas nubes muy chulas. Así íbamos recorriendo millas, porque al pasar a Estados Unidos hemos dejado de medirlo en kilómetros y hemos pasado a las millas y millas por hora, el máximo 65, que son como unos 105km/h y que ni el tato respeta. Hemos visto un área de descanso y hemos parado a ver un poco el paisaje.
El área de descanso tenía unos servicios, unas máquinas de bebidas y aperitivos, además de bastantes folletos con las actividades que se pueden hacer en la zona, todo muy limpio y cuidado. Estando fuera nos hemos encontrado con un chaval que estaba silbando el Limelight de RUSH, así que hemos charlado un poco con él, iban dos chicos y una chica, los habían visto la primera noche en Toronto y luego se habían ido a un festival de tres días y estaban reventados, la chica nos ha mostrado la espalda llena de moratones y ahora se volvían para casa, a Texas... lo hemos flipado un poco con ellos, la verdad, son unos 3000km los que se habían metido para ir y ahora iban a recorrerlos de vuelta.
Desde el área de servicio hasta Lake George han sido como unos 50km, y hemos encontrado el hotel a la primera, sin seguir indicaciones ni nada, había visto donde estaba y me he orientado bastante bien, la verdad. El hotel es de los típicos américanos con dos pisos y las habitaciones dando al aparcamento, como el de Niagara Falls, pero este es un poco más modesto, la verdad, la wifi funciona a tirones, y los de arriba cuando abren el grifo parece que se desate el apocalipsis, pero bueno, es una noche y tiene que cumplir su función, la de permitirnos descansar.
El George Lake es una extensión de agua de unos 50km de largo, con anchos variables, pero oscilan entre algo más del kilómetro y medio y los cinco, así que es bastante alargado. En la parte sur, que es donde estamos es donde se encuentra el pueblo que da nombre al lago y es un pueblo que parece bastante turístico, dada la cantidad de hostales que hay, casi todos del mismo estilo. Hoy siendo lunes hemos estado paseando y estaba bastante tranquilo, pero me imagino que los fines de semana esto se debe poner hasta las trancas de newyorkinos. El pueblo no es más que la calle Canada y otro par de ellas que se cruzan, una de ellas al final del lago que hace de paseo y es donde están los muelles de donde salen los barcos para recorrer el lago, además, hay un fuerte, un museo de cera y bastantes actividades como kitesurf, kayaks... y relativamente cerca hay un six flags , todo dentro del Adirondack, que es enorme.
Así que a falta de otra cosa mejor que hacer, porque hemos llegado un poco tarde para ir a ver alguna cascada u otros lagos hemos estado paseando por la orilla del Lake George hasta que ha llegado la hora de la cena y nos hemos metido en un sitio un tanto curioso, porque dependiendo del piso tenían una carta u otra... el caso es que he pedido pollo a la parmesana y me han traído un plato gigantesco, que menos mal que no había comido al medio día, porque si no no puedo con el, que exageración y de precio no ha estado mal, porque eran unos 9€ con las tasas, porque aquí volvemos a las mismas, parece que te van a cobrar un precio y te clavan otro por las tasas. Después al hotel y a luchar un poco con el wifi, a ver si veo todo lo que tengo que ver para el viaje de mañana.
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