viernes, 26 de junio de 2015

Día 11 - Philadelphia - Concierto de RUSH


El último día completo en Philadelphia y el último concierto de los cuatro a los que íbamos a ir en esta gira. Por la mañana en el desayuno nos hemos encontrado con un tipo que llevaba una camiseta del R40 así que hemos charlado un poco, era británico, había ido al concierto anterior, en Boston y con el de Philadelphia ya terminaría su tour, de todos modos nos ha dicho que los había visto 50 veces, para que luego alguno piense que nosotros estamos mal por ir a cuatro conciertos o que los hayamos visto diez veces.


La mañana la íbamos a dedicar a visitar la ciudad, que ayer, apenas paseamos por lo que es el centro. Así que nos hemos puesto en camino hacia las escaleras de rocky, que se encuentran al final del paseo de Benjamin Franklin. Antes de llegar allí hemos id viendo cosas que hay a lo largo del paseo como la plaza Logan, en donde hay una fuente en la que ayer habíamos visto a la gente refrescarse los pies y los niños jugar en ella, esta mañana estaba igual, aunque en el fondo pone No Swimming huele a piscina y dan ganas de meterse y claro, la gente no nada, pero se refresca un poco en ella. Siguiendo por el paseo hemos pasado junto al museo Rodin en donde hay otro pensador, creo que es el tercero o cuarto que veo en diferentes sitios. También está la biblioteca pública y al final se encuentra el museo de arte de Philadelphia, pero para llegar al museo hay que subir los famosos escalones de Rocky y eso hemos hecho, subirlos, llegar arriba y alzar los brazos, creo que los vigilantes que están allí están hartos de ver a todos los turistas hacer lo mismo, pero, es que es lo suyo.

En la parte de abajo, a la derecha se encuentra la estatua de Rocky, en donde, por supuesto nos hemos hecho una foto, otro topicazo y después hemos seguido por la parte de abajo del museo rodeándolo para ver el dique Fairmount, que en realidad es una línea de cascada en el río Schuylkill. Tras esto hemos decidido ir hacia el centro de nuevo y al pasar por la fuente ha pasado lo que tenía que pasar, nos hemos mimetizado con la gente local y nos hemos refrescado los pies. Tras estar un rato allí, ha empezado a cubrirse un poco el cielo y hemos decidido ir hacia la zona del Mall para ver la campana de la libertad antes de que empeorara la cosa. De camino hemos pasado por el ayuntamiento, al que teníamos pendiente subir a la torre, pero lo haríamos más tarde.

El Mall de Philadelphia no tienen mucho que ver con el de Washington, sobre todo en tamaño. Al rededor de él se encuentran varios lugares de interés histórico como el Independence Hall, las ruinas de la casa de George Washington, la campana de la libertad y el centro de atención al visitante. La verdad es que todo gira alrededor de la libertad de las personas y la igualdad entre ellas. Está bien, sobre todo porque aquí ha habido bastantes desigualdades y aún sigue habiéndolas, pero al menos han cambiado muchas cosas, como en general en el resto del mundo, aunque sigue habiendo demasiadas injusticias. El caso es que para entrar a ver la campana de la libertad hemos tenido que hacer un rato de cola y en el edificio donde está hablan un poco de ella y su simbologia.

Tras esto, como aún era algo pronto para ir a comer, hemos pensado en volver al ayuntamiento para subir a la torre, el problema es que cuando hemos llegado no hemos podido subir, con la tormenta del martes cayó un rayo en la parte de arriba y parece que causó algunos desperfectos y se encontraba cerrada. La tormenta debió de ser de las buenas, pero nos la perdimos porque nuestra habitación no tiene ventanas exteriores y cuando salimos ya había pasado todo, pero vimos en las noticias al día siguiente que en algunos sitios había roto árboles y había habido estado de alerta de la agencia meteorológica. El caso es que para nosotros no pasó nada y la luz y el cielo que hubo después de la tormenta difícilmente lo voy a olvidar, fue increíble. Así pues, al no poder subir a la torre hemos paseado otro rato hasta la hora de la comida, que hemos vuelto al Hard Rock Café, esto ya va siendo tradición, además de visitar el de la ciudad en la que estamos, comer allí el día del concierto. He pedido una ensalada de rúcula con queso y frutos secos y estaba riquísima y, de postre, la tarta de queso con galletas oreo. Después a descansar un poco antes de ir al Wells Fargo Center para el concierto de RUSH.

Cuando hemos salido del hotel nos hemos encontrado el cielo bastante cubierto y con pinta de empezar a llover, pero como teníamos el metro cerca no nos hemos preocupado mucho. En la entrada hemos metido la pata y es que teníamos que comprar un token y al final hemos terminado con cinco, así que tenemos cuatro de más de los que pensábamos usar y es que cuando uno se empeña en hacer alguna cosa sin pensarla un poco más, pues sale como sale. En el andén nos hemos encontrado con unos newyorkinos que también iban al concierto y dentro del tren, pues mucha camiseta de RUSH, claro.


Al llegar a AT&T hemos salido y estaba chispeando bastante más, pero tampoco nada preocupante, la gente estaba en el párking comiendo y escuchando música, obviamente de un único grupo y hemos visto que menos mal que no hemos tenido que ir en coche, porque sin ser lo caótico que fue cuando estuvimos en Washington los accesos estaban con un buen atasco. Antes de entrar hemos preguntado la posibilidad de hacer un upgrade de las entradas, pero nos hemos quedado con las que teníamos porque eran otros 90$ cada una y no era plan, habiéndolos visto ya tres veces, porque esta vez los viéramos un poco más arriba no iba a pasarnos nada.


El poco más arriba era casi colgado de la lámpara, pero sobre todo es que estábamos muy metidos en el escenario, lo veíamos casi perpendicular y las pantallas laterales lo mismo, así que no ha sido el mejor sitio, ni mucho menos, pero lo hemos disfrutado igualmente, buen sonido, y lo más importante temazos ejecutados a la perfección, son los más grandes. Después de verlos estas cuatro noches, todas han sido increíbles, quizás la más especial fuera la segunda noche de Toronto, ese concierto será único, probablemente, y allí estuvimos. No me voy a extender mucho más en el concierto, pero ha sido otra pasada y vamos a echar de menos el ir a los conciertos cada dos días. Lógicamente si finalmente hacen gira europea iremos a verles de nuevo.


Al terminar el concierto, la salida ha sido muy fluida, las escaleras mecánicas que al entrar estaban para subir y bajar estaban solo en sentido descendente y los accesos son amplios en la parte de abajo así que muy bien, hemos salido bien para coger el metro y volver al centro. El metro de Philadelphia es un poco viejo, la verdad, pero lo que me ha gustado es que para los eventos, ya sean conciertos o deportivos ponen trenes especiales que hacen menos paradas y que evitan las aglomeraciones que se producen, por ejemplo en Madrid cuando vas a coger el metro tras un concierto. De hecho la estacióna AT&T tiene otro andén inferior debajo del principal para poner más trenes, algo parecido ya lo vi en Londres en Wembley y ya digo, me parece una gran idea que podía copiarse en Madrid, aunque como tenemos el mejor metro del mundo, el más rápido, el más nuevo, el más de todo, porque vayamos enlatados no nos va a pasar nada, es lo que tiene disfrutar de lo mejor... ja!


Al llegar al centro ya era un poco tarde pero esperaba que hubiera algún sitio abierto, pero no ha sido así, así que hemos entrado en un supermercado chino que estaba abierto al lado del hotel y hemos comprado unos cuencos de noodles que con el agua calentada en la cafetera nos hemos podido preparar. Y así se ha terminado el día y, lo peor, que prácticamente
el viaje se ha terminado, ya he recibido el correo de Lufthansa para hacer el check-in y eso significa, muy a mi pesar, que mañana nos volvemos a España...


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