lunes, 29 de junio de 2015

Día 13 - Vuelta a Madrid


¿El último día? Esta vez, seguro que si. Por la mañana se me quedaban pegadas las sábanas. Había quedado con Alberto en bajar a desayunar a las 9:30h, pero me llamó un cuarto de hora más tarde para preguntarme que había pasado, pues eso, que me desperté, vi la hora, era demasiado pronto, me di la vuelta y hasta que me despertó, la verdad es que descansé muy bien. Para el desayuno teníamos 10$ en vales cada uno, así que viendo las opciones, lo mejor era pagar 6$ más y desayunar en el buffet. Volvíamos a ir con la equipación oficial de RUSH y en una de las veces que estábamos en la zona del buffet cogiendo cosas salió el encargado y nos preguntó por el concierto, y luego le preguntó a uno de los que estaba reponiendo que si conocía a RUSH y dijo que no, así que el primero le dijo que no tenía ni idea de música, lo cual venía a confirmar el tuit que puse en la entrada anterior.

Tras el desayuno me tuve que preparar y recoger las cosas, así que bajamos un poco tarde y teníamos que decidir, con el tiempo que nos quedaba lo que hacer, porque además estaba el día feo. Tras dejar las maletas en custodia pensamos que podíamos volver al centro a ver la penitenciaría. que se nos había quedado pendiente, así que al ir hacia el tren vimos que llegaba, corrimos un poco y lo cogimos, justo, porque pasan cada media hora y el siguiente ya se nos hacia un poco tarde para ir y volver al centro. Según nos bajamos en suburban salimos por el Comcast, el edificio más alto de la ciudad y vimos que estaba chispeando un poco, no era demasiado intenso, pero si lo suficiente para llegar a ser algo molesto, sobre todo porque teníamos que andar un poco hasta la cárcel.

La Eastern State Penitentiary abrió sus puertas en 1829 y fue una instalación revolucionaria en su momento, ya que hasta entonces a los condenados se les hacia trabajar, pero en la nueva cárcel, no, en ella el preso estaba aislado y se pasaba la mayor parte de su tiempo en la celda, que eran individuales, de este modo, el prisionero tenia más tiempo para pensar que le había llevado a esa situación y hacer "penitencia", además la instalación contaba con calefacción y agua corriente, algo que ni en la casa blanca tenían en ese momento. En 1913 se dejó de aislar a los presos y se compartían celdas, debido a la masificación y en 1971 cerró sus puertas. El edificio estuvo abandonados hasta que en 1994 se abrió de nuevo para visitas, pero conservando el estado original de la instalación en su mayor parte, sólo restaurando algunas zonas. Entre los presos más famosos de la cárcel se encuentra Al Capone, que estuvo recluido en su primera condena durante ocho meses en esta cárcel.

La visita está bastante bien, por 14$ tienes una audioguía en inglés y español, aunque en español es un lio, porque se superponen ambos idiomas y al final opté por dejarla sólo en inglés aunque me perdiera algunas cosas, pero en general se entendía casi todo, la intro está realizada por Steve Buscemi. La cárcel está prácticamente como se dejó y eso se refleja en el estado, pero mola, es más real, hay partes que no son visitables, como el ala del hospital que tenía hasta máquina de rayos x y en donde se podía operar, o algunas galerías que por el estado en el que se encuentran no es recomendable su visita. Al final estuvimos un buen rato por allí y casi se nos hecha la hora encima de volver. Al volver si que nos empapamos bastante, porque llovía mucho más y no tuvimos tanta suerte con el tren, que además llevaba retraso.


Una vez de vuelta al aeropuerto cogimos las maletas y nos fuimos a facturar. Curiosamente, esta vez si que había más gente que el día anterior, también en parte por culpa de unos que estuvieron ocupando uno de los mostradores casi una hora y es que sólo les faltaba llevar al canario, porque por lo demás, tenían de todo. Al final no tuvimos ni upgrade ni overbooking, así que cogimos nuetras tarjetas de embarque y a pasar el control y entrar en la zona de embarque. La verdad es que fue relativamente rápida la cosa, eso si, todos descalzos, en Madrid, sin embargo depende del tipo del calzado, aunque también tienen unos escáners de pie, que es posiblemente otro de esos gastos estúpidos que se hacen, porque apenas se usan.


Cuando entramos vimos que ya estaba cayendo la del pulpo fuera pero el avión ya había llegado, un A346 y que estaba siendo preparado para el vuelo de vuelta. Como teníamos tiempo paseamos por la terminal y vimos una campana de lego y las tiendas en la de prensa tenían la Rolling Stone en donde salían RUSH en portada, así que la compramos y nos fuimos a la puerta de embarque, nos colocamos y de repente la gente se puso ha hacer cola donde estábamos y quedamos de los primeros, aunque daba lo mismo, porque íbamos a ir casi atrás del todo e íbamos entrar de los primeros, el caso es que el embarque empezó con algo de retraso y no fue lento del todo.


El vuelo hasta Frankfurt se hizo corto, entre el primer servicio de comida y el desayuno me debí quedar dormido un rato, porque se me pasó enseguida y eso a pesar de un crío que estuvo todo el viaje berreando, sólo paró cuando aterrizamos... Esta vez cogí pasta y me evité los problemas con el pimiento. Al llegar a Frankfurt, pasamos rapidamente inmigración, aunque las indicaciones para ir a las puertas A eran un poco de aquella manera y tuvimos que pasar un control de escáner, que creo, que por primera vez no me hacen abrir la mochila y mirar con lupa todos los objetivos y la cámara.
Al final entre unas cosas y otras, como las puertas A quedaban lejos de donde nos habían dejado llegamos justo casi cuando empezaban el embarque, que además era con jardinera y nos llevaron a un remoto, casi lo más remoto que había, para coger el vuelo hasta Madrid en un A320 con sharklets que estaba casi nuevo. En el vuelo a Madrid nos dieron otra vez desayuno, esta vez caliente y se hizo corto el vuelo también, aunque no dormí. Al llegar se veía sobre Madrid una capa de mierda impresionante y lo confirmamos al bajar del avión, ya que en el propio finger hacia un calor infernal. Al final cogimos nuestras maletas y pasamos por el mostrador de Lufhtansa para que nos abonaran nuestros vales, al final, no nos han cubierto el valor del billete, pero casi, sólo unos 70€ de diferencia, así que creo que nos ha salido muy bien de precio el billete ;) Y ahora ya si, en Madrid, terminábamos nuestro viaje.

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