sábado, 4 de mayo de 2013

Día 13 - Gyeongju


Gyeongju se encuentra a hora y hora y media de Busán, en tiempos fue la capital de la dinastía Silla, siendo esta la dinastía más duradera en Corea, casi un millar de años y fue la primera dinastía en unificar la península de Corea. La capital de imperio fue Gyeongju y dada su historia tiene muchos restos de la dinastía Silla, de hecho la ciudad es conocida como el museo sin paredes y es que en casi todas partes hay algún resto o algo interesante que ver. Así que como estaba a un paseo de tren y había que ver bastantes cosas viendo los horarios de los trenes el que más me convenía era el de las 8:00h así tenía un buen rato para estar por allí, además el tren paraba en Haeundae, que es donde estoy, así que aunque el tren tardaba un poco más era mejor opción que irse a la estación de autobuses que está a casi una hora de metro, mientras llegaba a la estación casi estábamos en Ulsán, además así probaba ya los trenes coreanos, que el Arex del primer día no cuenta.

No he podido pasar al andén antes de que llegase el tren como era mi intención y es que para que no te montes en el que no es tu tren tienen a la gente, al menos en Haeundae en el vestíbulo o en la sala de espera, además supongo que será para evitar problemas, porque hay que cruzar las vías para ir al andén. Así que cuando ha salido el tren hacia Seúl nos han dejado pasar a las vías al resto. Cuando me he subido mi compañero de asiento me ha preguntado si era fotográfo, hemos hablado un poco hasta que se ha puesto a dormir, pero antes, me ha regalado una figura de One Piece, que no se quien es, pero seguro que Boo me lo dice y se ha hecho una foto conmigo, la verdad es que pensaba que me iba a dar una maqueta o algo, porque era batería, pero cuando ha sacado la figura, me he quedado de piedra.

Al llegar a mi destino lo primero que he hecho ha sido pedir un mapa y que me señalasen lo imprescindible, además me han marcado que autobuses debería coger para ir a cada sitio, así que perfecto, ya tenía ruta. Así que lo que he pensado es que era mejor empezar de fuera hacia dentro, así que me he ido a lo más alejado, bueno, a lo segundo más alejado, el templo Bulguska que está a casi cuarenta minutos de autobús del centro, así que menos mal que he madrugado.

El templo, como todos los budistas en estos días, lo estaban preparando para el cumpleaños de Buda, pero aquí les va a deslucir un poco una estructura metálica que han montado para proteger las obras de restauración que están llevando a cabo en la pagoda de tres pisos, una de la dos señas de identidad del templo, la otra es la pagoda Dabotap, que al menos estaba visible y además es más chula, de todos modos no son pagodas tipo edificio, si no monumento de piedra. El templo es bastante chulo y además como está a los pies de una montaña mola un montón, sobre todo el frontal, aunque se entra por uno de los laterales. A la salida debería haber cogido el autobús que me llevaría a mi segundo punto de interés el Seokguram Grotto, pero como no escarmiento y he visto que había un paseíto de sólo dos kilómetros y doscientos metros, he pensado que como iba bien de tiempo, que andando...


Al menos la subida estaba mejor que el día anterior por Busán, pero he cometido el error, otra vez, de no llevar agua y además al principio la subida era tendida pero luego se empinaba cada vez más, al menos a medio camino había un manantial que tenía el agua cristalina y si que era potable, sigo sospechando que la del día anterior no, porque además ni de lejos estaba clara, pero bueno no me ha afectado. Una vez arriba y con la legua fuera he entrado en lo que sería el recinto, pero para llegar hasta el templo había otros diez minutos de paseo, al menos, pero esta vez bajada tendida... que luego habría que volver a subir. Lo más destacado del Seokguram Grotto es su buda de piedra en una recinto bajo un montículo, la verdad es que es chulisimo, pero no se podían hacer fotos y además tenían una mampara de cristal delante, así que no hubiese conseguido mucho, de todos modos, hay fotos por internet.


Al salir he descansado un poco y bebido una bebida de esas de sabores que tienen por aquí, una fanta piña y luego vuelta a subir hasta la entrada. Cuando estaba en la entrada he visto que estaba el autobús, así que he tirado una foto rápida a la campana y lo he cogido y es que a saber cuanto tarda en volver a pasar uno y así, por un día no perdía demasiado tiempo. Además el trasbordo también ha sido rápido, así que en apenas una hora estaba en el punto de partida y era la hora de la comida, así que de camino a mi siguiente punto de interés debería buscar un sitio en donde meterme a comer.



Muchas veces hay tanta oferta que al final no me decido por ninguno y termino en el quinto pino, hoy menos mal que el quinto pino era de camino, pero creo que, al menos, he elegido bien. Me he metido en uno estilo coreano, descalzado y en mesa baja y he pedido bibimbap, muy rico y a la salida otra chica que había terminado de comer me ha preguntado de donde era le he dicho que de España y me soltado cuatro palabras en castellano y es que en la universidad había estudiado, pero se le había olvidado casi todo, iba con su novio y les he dicho a donde iba y me han dicho que ese era un buen sitio para ir a última hora de la tarde o de noche, que la gente iba mucho allí para hacer fotos.

Así que mientras iba he pensado que no tenía tampoco necesidad de volver pronto a Busán, porque al día siguiente no tenía nada programado, sólo pasarlo en Busán y me daría igual quedarme un poco más descansando, así que he dejado el estanque para más tarde y me he ido a otro de los lugares que me marcaron, el museo nacional de Gyeongju. Como el edificio de exposiciones principal lo están adecuando para resistir terremotos y que no se pierdan los tesoros, estos se han trasladado a otros edificios y la verdad es que estaba interesante, además explicaban un poco de la dinastía Silla y como enterraban a sus reyes, además de otros detalles. He estado un buen rato por allí y luego he pensado que debería informarme de los horarios de salida de los trenes, por si acaso y entonces he ido hacia la estación, pero antes me venía bien parar a ver la torre observatorio, la Cheomseongdae.

Este observatorio es el más antiguo construido en Asia del que se tiene constancia y su construcción representa lo siguiente, las doce piedras de la base, los meses, desde la parte superior hasta la base hay treinta capas de piedras, por lo que podrían ser los días y parece ser que está construida con 366 piedras, así que todo calculado. Una vez visto, que además es curioso porque puedes pagar una entrada que cuesta 500W para acercarte más que si no la pagas, porque no hay muros ni nada alrededor, pero bueno, sólo por el papelito de la entrada los he pagado. Ahora si que iba para la estación, pero no quería andar más de la cuenta y he cogido el bus, cosa que le ha parecido extraña a un lugareño que me ha dicho que estaba a poco más de un kilómetro y es que ya le he dicho que llevaba un buen rato andado.


En la estación viendo los horarios ya he sacado el billete para el de las 21:14, así tampoco llegaría excesivamente tarde y me daría tiempo a meteros este rollo antes de acostarme. Aún tenía dos puntos importantes e imprescindibles que visitar, así que me fui a por el primero de ellos, las tumbas, también llamadas tumulis y que en su mayor parte tienen libre acceso, pero en un grupo de ellas pagas una entrada y además puedes entrar en una de las tumbas que han vaciado un poco. Cuando veía las fotos de los tumulis antes de ir pensaba que serían más bajos, pero he alucinado cuando he visto que alguno tenía más de 20m de altura. En el Cheonmachong que es el que se puede visitar, se ve como están construidos. Se ponía el cuerpo del rey o reina con diversos objetos, sobre todo de oro, al menos al principio, luego ya no se hacía y se cubren con piedras hasta la altura que le correspondiese y luego se recubrían esas piedras con arena, finalmente, con el paso del tiempo en esa arena crecía la hierba o, como en el primero que he visto algún árbol.

Ya sólo me quedaba el estanque Anapji, pero como era un poco pronto me he metido en un sitio a tomar un té helado con limón, riquísimo y a la salida, al trantran he ido hacia el estanque. He estado decidiendo si entrar o esperaba un poco más, porque aún no estaba el sol abajo, pero casi y ese tiempo de indecisión han hecho que perdiese alguna foto con el sol reflejado en el estanque, pero bueno, luego las nocturnas han estado bien. La verdad es que por la noche se ha puesto aquello como si fuese una romería, no se si tendrá que ver que era sábado, pero vamos, había atascos en la carretera y ya enlazo para contar que lo que menos me gusta de Corea son los cruces, cada vez que quieres cruzar es desesperante y es que nunca se ponen los dos lados a la vez, sólo uno, porque el tráfico tiene que poder ir en todas las direcciones posibles, así que sólo se corta uno de los lados y tampoco mucho, no vaya a ser que encima de respetar a duras penas los semáforos estén de más parados. Me tienen alucinado con la cantidad de pirulas que se hacen, que cada uno circula por donde quiere y hace lo que le de la gana que no haya visto ninguna torta.

Pues tras la sesión nocturna he pasado de nuevo por el observatorio y de vuelta a la estación, aunque antes he comido una salchicha en un puesto callejero.Cuando me la ha puesto y le ha dado por embadurnarla en una salsa he pensado que me iba a acordar de alguien con el picante, pero por suerte no picaba y le ha dado un sabor muy rico y eso y un dim sum grande de carne que he pillado de camino al hotel en Haeundae ha sido mi cena, y es que tampoco tenía más hambre. También he comprado los dulces típicos de Gyeongju, que son dos tipos, una especie de galletas blandas y otra masa rellena creo que de judía, aún no las he probado, lo dejo para la mañana. Tristemente esto se acaba, mañana mi último día en Busán antes de acercarme a Incheon.


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