El último día completo en Singapur lo tenía que dividir entre hacer turismo y spottear. Aunque la mañana estaba para acercarme al aeropuerto para hacer lo segundo, la configuración que veía en el flightradar no me venía bien para los sitios que tenía controlados, así que decidí hacer turismo por la mañana y luego a ver que pasaba con la configuración y el tiempo. Esta vez de camino al metro no paré por donde las pastas, ya que había comido un par de bolas de sesamo que me habían sobrado de la noche anterior. Lo primero que hice fue buscar una oficina de correos y la más cercana estaba junto a la estación. Una cosa que no había comentado es la de los pasos de peatones, en todos tienes para darle a que se ponga la luz verde para peatón, pero me voy a ir sin pillar la mecánica de funcionamiento, el caso es que para cruzar una calle te pones a esperar hasta que le da la gana ponerse verde o haces como muchos locales, cruzar por donde te viene bien, aunque hay un montón de señales para que uses los pasos para peatones, que en algunos casos consiste en un rebaje de la acera para que bajes y nada más, ni marcas, ni cebreado... de hecho, aquí los pasos de cebra sólo están en algunos cruces, pero casi piensas que ni existen. El caso es que salvo por que hay que tener cuidado y tener en cuenta que se circula por la izquierda, no hay mayor problema.
Así pues, con una sensación de calor más agobiante, si era posible, que los días anteriores empecé a pasear por el parque, primero pasé por el jardín chino e indio, que no eran nada del otro mundo, sobre todo el chino, muy pobre y luego llegué a la zona de niños donde me dieron mucha envidia, ya que se estaban refrescando bajo unas duchas moviles, o chorros que salían del suelo... daban ganas de meterse. Justo al lado está el "Sun Pavilion", en la que hay un montón de cactus de diferentes zonas del planeta, para mantener el ambiente más seco tienen unos vetiladores, aunque no es un pabellón cerrado, si no como una marquesina sobre la zona.
En uno de los extremos, está "The Canopy" que sirve de entrada a las dos cúpulas en las que hay que pagar entrada. Primero empecé por "Cloud Forest" que consiste en una montaña artificial de 35 metros de altura construida dentro de la cúpula cubierta de plantas y una cascada. Nada más entrar te encuentras con la cascada y fue tal el alivio que sentí al entrar que ya me había merecido la pena el pago de la entrada, por un rato iba a estar tener sensación de humedad y el frescor... Estuve un buen rato dentro, tienes un montón de tipos de plantas, hay estalagmitas que han sacado de algunos sitios para enseñar como se forman y como son y bueno, un paseo por un jardín diferente.
Justo enfrente, aunque hay que recorrer unos metros bajo "The Canopy" está la "Flower Dome", en este caso la propuesta es la de dar a conocer las plantas típicas de los diversos climas y zonas, así que aquí también había una climatización diferente, más seca. Había desde cactus a baobabs, un olivo y un naranjo como representantes principales de la zonas mediterráneas, una parte especifica de la India en donde con flores habían creado algunos animales, en fin, un poco de Australia, Sudáfrica, California...
Tras pasar una buena parte de la mañana con una temperatura
agradable tocaba la vuelta a la realidad del calor asfixiante, así que dirigí
mis pasos hacia el "Supertree Glove" que son unos soportes de varios metros de altura,
algunos de ellos unidos por una pasarela a algo más de 20m de altura y desde
donde se puede ver el parque de forma diferente, además el “arbol” central, el que da el nombre a la zona, tiene en su parte más alta un restaurante y por la noche todos ellos se
iluminan de diferente manera, espectáculo que al final no terminé viendo. Además,
aunque no lo entendí demasiado bien parece ser que con el diseño que tienen
pueden recoger el agua de la lluvia que luego sirve para climatización de las
cúpulas por medio de un reciclado, lo mismo que también se aprovecha el agua
del canal. El paseo por la pasarela estuvo bien, pero no era la mejor hora del
día para ello. Una vez abajo era la hora de la comida y de protegerse un poco
del calor, así que estando, como estaba junto al Marina Sands decidí comer en
el mismo sitio que había cenado la noche anterior.
Esta vez fui más comedido pidiendo comida y sólo pedí en uno
de los puestos un plato de arroz con pollo con curri y de extra con huevo, con
salsa teriyaki y queso. El plato era caliente, así que el punto final a todo lo
pones tu, aunque es relativo, porque te guste o no, lo tienes que dejar en el
plato, así que al final se puede hacer lo que le de la gana. El caso es que
estaba muy rico y a un precio razonable. Al terminar tenía que decidir que iba
hacer por la tarde, el tiempo parecía que estaba bien para un rato de spotting,
pero en el flightradar veía que la configuración era la contraría a la del
punto de spotting que había pensado. Así que revisé de nuevo las guías online
de spotting en Changi y aparecía una localización para la configuración que había, entrada
por 02L.
Así que me dirigí hacía Changi y a ver si encontraba el
punto de spotting, porque desde el metro hasta el sitio había un camino no muy
claro. Me bajé en Expo, una parada antes del aeropuerto y empecé a andar en
dirección al sitio indicado, aunque antes compré una botella de agua, porque en
la guía decían que no había nada en los alrededores, lo que más miedo me daba
es que tuviera que estar al sol todo el tiempo, pero no, resulta que di con el
sitio bien y que tenía una sombra muy maja. Así que allí pasé el resto de la
tarde haciendo fotos a aviones, mientras de vez en cuando unas hormigas rojas
me pegaban unos buenos muerdos, aunque mejor esas y no el varano que de repente
salió corriendo un rato después de haber llegado.
La sesión de spotting no estuvo mal, pillé tres canguros,
los primeros que pillo, y algunas cosas que en Europa ni aparecen, uno de los
que más ilusión me hizo fue el A330 de Cebu, un avión prácticamente nuevo,
apenas tiene un año y luego un par de cosas raras, un B737 de Regent, una
compañía de Bangladesh que sólo tiene cinco aviones o un carguero de una
compañía de Indonesia que, aunque viejo conocido de Barajas, lo era con otro
registro y es que ese avión operaba en España para Saicus y quien más quien
menos lo pilló alguna vez como EC-KDJ. A última hora llegó un spotter local
para pillar el A380 de Singapore que venía de Londres y estuve hablando un poco
con él y nos dio tiempo a ver como el vuelo de British tenía que hacer un Go Around, porque se comía al Tiger Airways de delante. La verdad es que los últimos tenían una luz muy pobre y es una pena
porque vino un A320 de Sri Lankan y otro de Myanmar Airways, este último,
bastante raro también.
Tras spottear, volví al hotel, quería dejar las cosas y
salir a cenar al Hard Rock Café, que estaba a dos paradas del hotel, en la zona
de Orchard, una zona que no he visitado y que bueno, tampoco creo que me haya
perdido mucho a no ser que quisiera comprar algo o entrar en alguno de los
multiples centros comerciales que se agolpan uno detrás de otro a ambos lados
de la calle, en cierto modo, me recordó a una calle en Seúl que estaba por
Gangman. No son las zonas que más me gusta patear y es que visto uno, como en
España, vistos todos, mismas tiendas prácticamente y tampoco tenía intención de
comprar nada. El Hard Rock Café se encuentra en esa zona, así que
fui hacia allí y, como no está, en la propia Orchard, tiene un luminoso
bastante llamativo para que no te lo pierdas.
Ya voy teniendo unos cuantos Hard Rocks Café en la
colección, pero me sigue faltando el de Madrid, en este, como en todos, los
mismo platos prácticamente, aunque con el añadido de cuatro de tipo wok, no se
si de forma particular a este Hard Rock o es que han cambiado la carta desde la
última vez que estuve que fue hace un año en el de Ibiza. El caso es que pedí
un plato de carne con salsa de los habituales con coca cola, que como siempre,
tiene refills. En general creo que ha sido en el Hard Rock más desangelado que
he estado, no se si tendría algo que ver el día, o que, pero poca clientela,
para lo que normalmente he visto en ellos, aunque entre los pocos había dos
cumpleaños, así que les cantaron el cumpleaños feliz y creo que les invitaron
al postre. De la música que pusieron mientras estuve, poco rock y menos hard rock, lo más duro que pusieron fue el “Walk This Way” de Aerosmith con DMC… lo
que no entiendo es como se puede considerar rock, no ya hard rock, a Lady Gaga,
que fue una de las lindezas que pusieron. De todos modos, creo que en Singapur
se escucha poco rock, al menos por lo que vi ayer, que entré en dos tiendas de
música a cotillear, la sección de rock en una de ellas era inexistente, por no
hablar de la de metal, pero viendo donde estaba la tienda, en la galería
comercial del Marina Sands no creo que pegase mucho algo así, en la otra,
también era un poco más grande, y si que
había una sección de rock y un expositor de metal, pero con poca variedad, de
precios además andaban como en España, así que no pillé nada.
Tras la cena, vuelta al hotel y fin de la tarjeta de
transporte. Cuando compras la tarjeta también pagas un depósito de 10$ que te
reembolsan si la devuelves en los cinco días posteriores a la caducidad, si no,
también te la puedes quedar y usarla como tarjeta de recarga, que es otra de
las modalidades de pago que hay, así que ha pasado a engrosar mi colección de
tarjetas de transporte junto con la Oyster, Suica, Octopus… la cual me he
traído para cuando vaya a Hong Kong. Y
esto es lo que ha dado de si mi estancia en Singapur, no ha estado mal en
general. Mi siguiente parada, Taipei.
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