domingo, 2 de noviembre de 2014

Día 2 - Singapur



Esta mañana me he despertado bastante pronto, pero he dormido del tirón unas siete horas, que está bastante bien, cuando voy a trabajar duermo muchas veces menos, aunque por la tarde me suelo tumbar un rato para practicar el deporte nacional, pero aquí no va a ser el caso, debo aprovechar el tiempo, aunque en Singapur voy a tener de sobra.


Una vez preparado y, más o menos, elegida la zona por donde me iba a dejar caer, he salido del hotel y he ido a un sitio que ya vi anoche donde tenían unas pastas rellenas, que me parecía que ya había comido en Guangzhou, y que iba a ser mi desayuno, he comprado tres, cada una rellenas de una cosa, priña, café y avellana, la que más me ha gustado ha sido la de café y la masa es diferente a las que comí en Guangzhou, era más masa de tarta que no blanda, pero también es cierto que la otra vez fueron de carne y estas son dulces, lo importante es que están ricas y mientras he ido hasta el metro las he ido comiendo. Hoy he hecho el camino más directo posible hasta el metro y no se tarda nada, apenas 10 minutos como decían en el hotel, ayer di muchísima vuelta, pero bueno, me sirvió para ver el sitio donde finalmente cené. Pensaba ir hasta Orchard, tres paradas desde Novena, andando para allí comprar la tarjeta de transporte, pero he pensado que eran ganas de pasar calor y andar a lo tonto por una zona que no presenta demasiado interés y he ido en metro. Con la tarjeta comprada, he seguido hasta City Hall, para ir por una ruta que aparece en la guía para ver lo más interesante del Singapur colonial.

Debo tener un problema con las rutas de la Lonely Planet o soy muy torpe, porque pocas veces las encuentro a la primera, hoy me ha pasado con las dos que he hecho, menos mal que me las tomo como una referencia y no como algo a seguir paso a paso, el caso es que he empezado a pasear y lo primero que he visto ha sido la catedral de St. Andrews, un edificio rodeado del jardines y al que al final no he hecho ninguna foto. El caso es que desde que he salido he tenido la sensación de que había poca gente por la calle, y he pensado que para ser una ciudad sobre la cual tenía la idea de que había un montón de gente, no me lo ha parecido, además he pensado que para ser sábado era raro que hubiera misa, pero bueno, he seguido con esa idea hasta que más o menos a medio día me he dado cuenta de que no era sábado, y que por eso había bastantes cosas cerradas y apenas tráfico, si no que era domingo y que el sábado había sido ayer, cuando llegué... despiste total el mío, así pues luego me ha ido cuadrando todo.



He visto parte del circuito de Fórmula 1, la parte que pasa por el puente Anderson, y es que se nota porque han borrado las marcas de los arcenes, aunque no hay señal alguna de como ponen las barreras, a lo mejor lo voy recorriendo, aunque sin hacerlo adrede seguro que paso más zonas del circuito. Una vez he cruzado, he mirado el recorrido que debería seguir y se trataba de ir frente a Boat Quay una zona donde se asentaron los chinos para comerciar y que ahora está plagada de restaurantes en primera línea del río. Las casas son de colores y según me he enterado después, en la época colonial, cuantos más pisos tenía la casa, más rico era el propietario. He seguido frente a pasando por un edificio bastante chulo y llamativo con las ventanas de colores, para llegar a Clarke Quay, una zona colorida llena de restaurantes y que al ser domingo estaba en su mayoría cerrados. Aquí se me ha ocurrido que podía matar un poco el tiempo cogiendo uno de los barcos que te llevan por el río hasta Marina Bay.



El paseo ha durado unos cuarenta minutos e iba explicando las cosas según las íbamos pasando, lo de las casas lo he sacado de ahí, que ni idea hasta entonces. Hemos llegado a Marina Bay y nada más salir hemos pasado frente al Merlion, el símbolo de Singapur que no es otra cosa que un hibrido entre pez y león, lo que viene a ser una sirena con cabeza de león, Mer(maid)lion. Es curioso, nada más, mide unos seis metros de altura, lo cual no está mal, porque en las fotos parece ser más pequeño. Después nos ha llevado enfrente, en donde se encuentra el Marina Bay Sands del "amigo" Adelson, pero aunque podía haber bajado, he seguido la ruta de vuelta para bajar en el punto de partida y seguir explorando un poco el interior.



Andando he ido por el lateral donde estaban los bares hasta que he llegado de nuevo a Marina Bay a ver el Merlion, en este punto ha sido en donde he visto más turistas, aunque se ven bastantes occidentales y he llegado a escuchar a alguno hablando en castellano. Después del paseo era hora de comer, así que vuelta de nuevo por la orilla hasta un centro comercial, ya que los que había en la orilla del río no me han llamado demasiado la atención. En los centros comerciales suele haber una planta con restaurantes así que en pocos metros puedes ver algo de variedad y al final me he decidido por uno de pasta japonés, tenía las replicas de los platos como en Japón. Al final me he puesto hasta arriba entre la pasta y el pollo tempayaki. Nada más salir he salido con más sed de la que entré y eso que el té helado con limón estaba muy rico, pero he buscado una vending y he pillado una botella de agua que no me ha durado nada.

Durante la comida he mirado hacia donde dirigir mis pasos y al final he decidido ir a China Town, que estaba relativamente cerca, era volver a bajar un poco y, a partir de ahí, seguir la ruta, la cual he vuelto a coger a medias y más por intuición que por las indicaciones que me daba la guía. La parte del barrio chino me ha gustado bastante, casas coloniales, algunos templos con arcos con figuras de porcelana y entre unas cosas y otras he terminado en el Buddha tooth relic temple, el cual no estaba dentro de los puntos de interés del recorrido, pero a mi me ha gustado bastante, aunque lo del diente no lo haya visto, aunque parece ser que no es nada fácil de ver, pero en general, el edificio tiene un montón de cosas y algunas bastantes chulas como una imagen que no he leído si era de esmeralda, supongo que no, por el tamaño, pero molaba un montón, en la planta de arriba había un jardín con orquídeas de diferentes tipos.

Al salir por dentrás había un centro comercial como los de Guangzhou, con un montón de tiendas enanas pegadas unas a otras, que se llamaba Chinatown Complex y me ha dado por llamarlo farmatón, aunque sólo por relación,  ya que como sólo estaba ese, no era tan especializado como los de allí, que si entrabas en uno de ropa, eran todos los locales de ropa, si luego entrabas en uno de teléfonos, pues eso, todo lleno de teléfonos, el caso es que he estado cotilleando un poco por allí y luego por las calles de alrededor, donde hay un montón de tiendas de "chinos", aunque en algunas sastrerías había hindúes que me preguntaban si era australiano... como llevaba una camiseta de Australia,.. el caso es que cuando me he cansado he decidido volver al hotel para descansar un poco, aunque no queda muy a mano del centro, y así cogía los chismes para hacer nocturnas.

Pensaba bajar en autobús, pero no lo tengo controlado y he mirado en la web y ponía que dos horas hasta donde quería ir... lo dudo, pero por si acaso he ido hasta Novena a  coger el metro y me he bajado en Marina Bay que me ha dejado algo más apartado de lo que pensaba, pero me ha servido para encontrar un pensador de Rodin, como el de Guangzhou, que cosas. Según iba yendo hacía el Merlion he ido haciendo fotos y justo cuando he llegado eran las ocho y desde el hotel Marina Sands han empezado a iluminarse unos focos y laseres que me han recordado, salvando mucho la distancias a la Symphony of Lights de Hong Kong, ha durado como unos quince minutos, y lo chulo, aunque no se veía bien desde el lado donde estaba es que en la Marina ponen en marcha unos surtidores de agua y unos lanzallamas, aunque ya digo, desde donde estaba se veían, pero tampoco demasiado.

Después de esto, he vuelto a subir por el río para hacer unas fotos a la trasera del Skyline, un Skyline que en parte me ha decepcionado, porque pensaba que iba a ser como en Hong Kong, y ni mucho menos, Singapur si que tiene una parte donde se agolpan los rascacielos, pero luego hay alguno que otro aislado, y frontalmente no es una pared de acero y cristal como Hong Kong, los edificios de viviendas un poco más o menos lo mismo, a ver no son bajos tampoco muchos de ellos, pero no están tan agolpados ni son tan altos, al menos, lo que he visto, claro. El caso es que al final he terminado en Clarke Quay cenando en un chino unos noodles crujientes con ternera picante, muy ricos, aunque he tenido que quitar el pimiento con el que venía. Después de cenar ya era hora de volver al hotel a descansar.


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