El último día de viaje es siempre el más triste, pero en realidad tenía todo el día por delante para disfrutarlo, puesto que el vuelo salía a las 23:45h. Este último día de viaje lo iba a dedicar a spottear de nuevo y gracias al spotter local que me había dicho una localización para pillar las salidas, además desde más cerca, cosa que me convenía, puesto que no tengo demasiado teleobjetivo, pues la idea era probar a llegar a donde me dijo. El sitio estaba en Sha Lo Wan, una playa de Lantau, la isla junto a la que se encuentra el aeropuerto, para llegar había que coger un ferry, que si normalmente no tiene muchas frecuencias los domingos menos, pero al menos tenía los horarios, sobre todo para controlar la vuelta.
El primer ferry era a las 8:55 desde Tung Chung, así que primero tenía que llegar allí, pero ya sabiendo donde estaba junto al hotel la parada del autobús, me iba ahorrar el paseo hasta la terminal. Así que pronto, preparé las cosas y abandoné el hotel, aunque dejé la maleta en la recepción. Cogía el autobús bastante pronto, así que cuando llegué a Tung Chung, ya de camino vi la manera de llegar al muelle y estaba más fácil de lo que pensaba, así que me sobraba más tiempo de lo previsto y aproveché para desayunar algo. Subway no es una franquicia que use en Madrid, pero cuando voy fuera, desde que estuve en NYC, de vez en cuando la uso y eso hice, fui al Subway a comprar un bocadillo, cogí el normal y después me metí en el 7-eleven a comprar algo de bebida y unas galletas, con el desayuno preparado me fui al muelle a ver como funcionaba el tema de billetes y confirmar los horarios, una vez todo controlado desayuné tranquilamente.
Un poco antes de la hora de salida estaba en el muelle esperando, la mayoría que estaban eran locales con chismes para pescar, pero luego llegó uno que tenía pinta de ser spotter, así que le pregunté y me dijo que si, además ya había estado una vez en el sitio, así que sabía el punto concreto. De Tung Chung a Sha Lo Wan son diez minutos en el ferry, así que en nada estábamos allí de camino al sitio.
El sitio, no se si será el que usan los locales, tal vez no, pero el que me lo dijo a mi, me dio indicaciones para ese, así que a lo mejor hay más de uno, pero donde nos quedamos el ruso y yo a mi me gustó mucho, se veían muy bien los movimientos de salida, los pequeños no quedaban mal con mis 200mm y los grandes perfectos, el único inconveniente podría ser el calor y cuando llegaban los cargueros a espera que con el jet blast hacían que los aviones en el punto de salida no salieran definidos. El sitio además tenía sombra y nos podíamos sentar en una barandilla, así que, por mi parte me podía pasar todo el día allí.
Estábamos en faena hasta que en un momento dado dejamos de ver aviones llegar al punto de espera, es raro, porque Chek Lap Kok tiene un tráfico constante, pero bueno, ahí seguimos esperando hasta que de repente vemos que salen los aviones en sentido contrario... mal asunto, porque dónde estábamos ya no nos servía y había que irse a otro lado, al menos quedaba media hora hasta la salida del ferry, así que teníamos tiempo de llegar al muelle e irnos a la terraza de la terminal, si llega a pasar más tarde nos tenemos que quedar tres horas más para el siguiente ferry, así que tuvimos mucha suerte en que el cambio, al menos, fuera a esa hora. De todos modos, mientras esperábamos el ferry, desde el muelle no se pillaban nada mal, de hecho tuvimos la suerte de pillar un MD11.
De camino a la terminal vimos que se acercaba un carguero que podía resultar interesante, el problema con los cargueros es que la mayoría entran por la otra pista a donde están entrando los de pasajeros, así que si era así lo tendríamos a contra luz, pero si teníamos suerte lo podríamos pillar bien y así fue, nada más llegar a la terraza, a los pocos minutos llegada el Silkway para pillarlo.
La terraza está genial para las entradas por 25R, lo único que la sombra es escasa, así que todos los que estábamos allí íbamos a la barandilla hacíamos fotos y vuelta a la sombra, así con cada avión.
Así pasé las primeras horas de la tarde, hasta que a eso de las cinco, cuando ya la luz iba escaseando volvieron a cambiar la configuración, porque el viento había parado, así que ya importó menos que no pudiéramos pillarlos, porque a los últimos también es cierto que les estaba tirando por tirar porque de luz ya iba flojeando. A mi me quedaba un buen rato aún, así que cuando mi compañero ruso se fue yo me quedé un poco más viendo el atardecer en la terraza. Cuando me cansé bajé a la terminal a comer algo y no hice una buena elección, no estaba malo lo que pedí, pero que al pato le dejaran los huesos no me gustó nada y también me equivoque en la elección de los fideos, así que no comí demasiado a gusto, después me fui a por la maleta al hotel.
Aún me quedaba un buen rato, pero quería darme una ducha y cambiarme, al final tampoco había tenido un día tan "duro" como otros pero si me venía bien para relajarme, así que fui a la sala premium del aeropuerto donde te puedes dar duchas, ten dan masajes o disfrutar de un spa. El tema de la ducha es lo que es, pero si me pareció que deberían cuidar un poco más algunos detalles, en cierto modo, me parecieron descuidadas y con el precio que cobran, se podían esmerar más, pero bueno, me sirvió para lo que pretendía y ajustar el equipaje antes de ir a facturar.
En la zona de facturación sólo tenían habilitado un mostrador para first y/o business, así que me tocaba esperar un rato, porque aunque de vez en cuando el mostrador no estaba en uso, no me facturaban. Mientras estaba esperando entablé un poco de conversación con un alemán que iba en mi mismo vuelo. Cuando por fin abrieron la facturación para los pobres pensé que iba a tener problemas con el peso, no de la maleta, porque nunca llego al limite ni de suerte, pero la mochila pesaba algo más de lo que se supone que debería, pero al final nada, vio que se pasaba, me preguntó si llevaba portátil, dije que si y listo.
El siguiente paso era pasar inmigración y el control de seguridad, todo sin problema y rápido, pero no me han sellado el pasaporte en Hong Kong. Una vez dentro para gastar un poco del dinero que me quedaba comí algo más, esta vez en una especie de KFC y el pollo estaba bueno, pero un puré de patatas con otra salsa que me dieron de acompañante, no tanto, así que esta vez no había acertado demasiado con las dos elecciones de comida. Al acabar seguí con tiempo, así que me dediqué a pasear un poco por la terminal y al encontrar una tienda de juguetes vi unos shinkansen de miniatura, y no me pude resistir, así que al final terminé comprando los cuatro modelos que había ya que por suerte no había más. Después me dediqué a hacer algunas nocturnas a través de los cristales, no parece que quedaran mal, así que a lo mejor se puede aprovechar alguna, entre ellas la de mi avión de vuelta en el vuelo a Múnich, el A346 D-AIHW un aparato de unos seis años.
Cuando facturé había seleccionado asiento para este primer vuelo, uno de pasillo y tenía un poco más de espacio y lo mejor es que no tenía a nadie delante, sólo la pared del galley con lo cual nadie me iba a meter su asiento en mi zona. La cabina parecía renovada y el sistema de entretenimiento a bordo funcionaba mucho mejor que en el A380, el sistema táctil iba muy bien, lo único que la selección de películas era la misma que en la ida, salvo dos o tres, de todos modos, en este vuelo lo que trataba era de pasar el mayor tiempo durmiendo posible, porque iba a llegar de mañana a Múnich y a media mañana a Madrid, así que el plan era descansar en el avión lo más posible.
Al entrar me puse a ver Guardianes de la Galaxia, me mola, el tono es diferente a las otras de Marvel, pero mola un puado, además tiene unos puntos muy buenos. Mientras la estaba viendo nos sirvieron la cena y al acabar me puse a ver la segunda de aviones, pero me estaba quedando dormido, así que aproveché para dejarme ir, no han sido del tiron, pero no ha estado mal, creo que al final habré dormido unas cinco o seis horas, más o menos la mitad del vuelo y a lo mejor hubiera dormido algo más de no ser por las cotorras en el galley, pero no me voy a quejar. Cuando ya vi que no me iba a volver a dormir me puse a ver "Up in the Air", que la tenía pendiente de hace tiempo y bueno, un pasa tiempo, sin más. Mientras estaba viendo esta nos han servido el desayuno, así que en un visto y no visto me he plantado en Múnich.
En Múnich nos han dejado en la última puerta así que hemos tenido que recorrer un buen trozo hasta llegar a inmigración, un vistazo al pasaporte y ya estaba en la eurozona oficialmente. Después en el paso de seguridad me han hecho abrir la maleta y en encender la cámara y abrir todos los objetivos para mirar a través de ellos, como ya me había pasado otra vez no me ha sorprendido, aunque no le veo demasiado sentido, lo único que se ha ralentizado un poco la cola. Una vez en la zona de embarque en Múnich hay prensa, máquinas de café y té a discreción y wifi 24h gratis así que he aprovechado la escala para escribir estas líneas.
El vuelo de Múnich a Madrid no ha tenido mucha historia, salvo al comienzo con mi vecino de fila, que no de asiento y es que no entiendo ciertas actitudes de la gente. He entrado de los primeros, normalmente me espero un poco, pero hoy me ha pillado que se abría el embarque cuando estaba junto a las puertas de paso de los lectores, porque no es como en Madrid donde hay una persona comprobando la documentación y la tarjeta de embarque y te da paso, aquí, como en Frankfurt hay un lector scafis y unas puertas, si el lector da paso, pues se abren si no, se pone en rojo y ya te las apañarás con la persona que está en el mostrador de la puerta de embarque, el caso es que entro y voy a mi asiento, 16C, tenía que haberle pedido ventana, pero estaba un poco empanado y me asignaron un asiento al azar, el caso es que llego a la fila donde tengo el asiento y hay un tipo buscando donde están las indicaciones de los asientos, se lo indico, pero no le queda claro qué asiento es cada uno, así que le pregunto qué asiento tiene, me dice el 16A y le mando para la ventanilla. Al final se cierra el embarque y el asiento del centro queda libre, mejor, la verdad es que el A321 no iba ni mucho lleno, algo más de la mitad, pero si que había asientos libres. El caso es que empieza la demo de seguridad del vuelo, esa de la que pasa la gente y que todos nos sabemos, pero que es conveniente atender y llaman al fulano de mi asiento, no digo nada, pero me toca las narices que si dicen que desconectes el móvil no lo hagas, el caso es que termina la demo y el fulano sigue hablando, pasa el TCP y le dice que cuelgue y que el teléfono si quiere lo puede poner en modo avión, total que el fulano le dice que vale, que si y parece que está todo arreglado, pero no, en cuanto el TCP se va dos filas más atrás se pone a continuar la conversación como medio a escondidas y eso me ha tocado la moral, así que le he dicho que apagase el móvil. Lo ha hecho y me he quedado a gusto, la verdad, es que me joden mucho ciertas actitudes y en los vuelos el que la gente haga esas cosas es una de ellas, además de que el tipo ya tenía una edad como para andar con actitudes de niño adolescente, como la de esconderse a ver si no le pillan.
Cuando hemos llegado a la pista de despegue el comandante nos ha dicho que se iba a retrasar un poco la salida por la niebla, ya que desde torre estaban dando más margen para realizar las operaciones por seguridad. Una vez hemos despegado me he puesto a dar cabezadas durante el vuelo, la verdad es que a pesar de no tener vecino he estado un poco incomodo y no sabía como colocarme para dormir un poco. Al final no he tomado desayuno en el vuelo, no tenía muchas ganas, me han ofrecido algo de la bandeja aunque no quisiera el plato caliente, pero la verdad es que no tenía ganas de nada. La llegada a Madrid la hemos hecho por 32L, con lo cual el carreteo hasta la terminal ha sido bastante más corto. Luego en la recogida de equipajes tampoco se han alargado mucho y ha sido justo para que Miguel Ángel me recogiera y llevarme a casa terminando de esta manera el viaje y mis vacaciones.