viernes, 4 de enero de 2019

Día 5 - Koh Mak


Mientras que en Koh Kood había estado durmiendo hasta una hora razonable, en Koh Mak, empecé a despertarme bastante pronto y, después de remolonear un poco y ver que no me iba a dormir, salí a la piscina a pegarme un baño mañanero. Aquí no teníamos el desayuno incluido y tampoco había buffet, pero tenían bastantes opciones de desayuno y el primer día me decidí por un desayuno americano con huevos revueltos a los que habían puesto pimiento... Así que estuve escarbando un poco para quitarlo.
Después de desayunar vimos que los daneses se habían hecho fuertes de nuevo en la piscina, como si no hubiera pasado un día... La mañana la pasamos literalmente de vacaciones, playa y hamaca, eso si embadurnados con el aceite de coco para las moscas de arena, además de la crema solar.


Al medio día volvimos a coger las motos para ir a comer y luego dar una vuelta haciendo turismo, no llevamos las cámaras, así que no hay fotos apenas de este día. Para comer nos quedamos cerca de un cruce en donde había unos restaurantes triple B, en donde comimos bastante bien y además nos atendieron rápido. Cuando terminamos nos acercamos a ver unas esculturas, nos explicó Patxo algo acerca de ellas, pero no me quedé muy bien con ello. Para encontrarlas estuvimos mirando un poco, porque están medio cubiertas de vegetación y como muy dejadas. Eran unas esculturas eróticas, curiosas cuanto menos, la verdad. Una vez salimos de allí seguimos con las motos viendo sitios, una playa, llegamos a un poblado donde trabajaban el caucho, pero tampoco nos paramos demasiado en ningún sitio.

A la vuelta tuvimos un pequeño percance con la moto, al ir a hacer un cambio de sentido no tomé demasiado angulo y como me comía los arbustos del arcén, me lié y se me empezó a encabritar la moto, no era capaz de soltar el gas, y ya me dijeron que soltara la moto, cosa que hice y se quedó tirada en medio de la carretera y yo con un susto importante. Algún lugareño se asomó y vino un tipo occidental con el que luego comentamos un poco lo ocurrido. No nos pasó nada, un par de moratones en las pantorrillas, la motó cayó bien y solo se rozaron las estriberas, por lo que estaba como si no hubiera pasado nada. Al final fue el susto, pero la relativa seguridad que había cogido con la moto la perdí, volví al primer día, pero bueno, tampoco fue impedimento para volver a cogerla. Al llegar al hotel nos quedamos en la piscina pasando el resto de la tarde.


Para el ocaso cogimos las cámaras y son las fotos del día. Nos acercamos al resort de al lado a tomar algo antes de ir a cenar y para cenar volvimos al sitio del día anterior donde nos atendió el occidental. Esta vez no estaba, estaba la dueña, que nos volvió a pedir disculpas y nos trajo un carpaccio para acompañar las bebidas antes de la cena. El cenar allí fue porque Patxo y Amaia ya habían estado otras veces y tienen buena carne de ternera importada de Australia, así que pedimos unos solomillos, aunque el cocinero no tuvo el día y estaba algo pasada, pero bueno, la carne tenía buen sabor y estaba rica. Después nos acercamos a otro sitio a tomar algo antes de volver al resort y terminar el día en la terraza, como el día anterior.

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