sábado, 27 de abril de 2013

Día 6 - Suwon



Otro de los sitios fijos que tenía cuando preparé el viaje era la visita a la fortaleza Hwaseong de Suwon. Construida entre 1794 y 1796 la idea era la de trasladar la capital desde Seúl hasta Suwon, por parte del rey Jeongjo, el 22 dentro de la dinastía Joseon, pero aunque se terminó la muralla, al morir el rey dejaron la capital donde estaba. La muralla tiene una longitud de unos 5.5km y es transitable casi en su totalidad. Durante la guerra de Corea especialmente sufrió bastantes daños y estuvo prácticamente derruida, en 1975 comienzan los trabajos de restauración en base a los documentos que había y en 1997 es declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

Para llegar a Suwon lo tenía fácil, coger la línea 1 de metro que es una de las que paran cerca del hotel e ir hasta allí, lo único que la línea 1 en Guro se divide, unos trenes van para Incheon y otros hacia Cheonan, así que he dejado pasar el primero que iba a Incheon y me he montado en el segundo, podría haber cogido el primero hasta Guro, pero creo que en estos casos siempre es mejor coger el que corresponde cuanto antes. El viaje dura una hora más o menos, así que he ido leyendo un poco.

Cuando he llegado a Suwon he pasado por la oficina de turismo para coger algún folleto y preguntar cuando se tardaba andando desde la estación. Después de darme un montón de indicaciones me preguntan que de donde soy, le digo que de España y me habla en Castellano... bueno, medio habla, dice que me podía haber dado las indicaciones en español, pero bueno, la verdad es que han sido muy completas, me ha dejado el plano petado de indicaciones. Como no me apetecia andar media hora, he cogido el autobús, que además sirve la T-Money y en nada me he puesto en la puerta sur de la muralla, mi punto de partida, la Paldalmun. De todos modos, la zona de la estación de Suwon es un caos de tráfico, es la primera vez desde que estoy aquí que veo tal confusión, no se como no se ha tocado la de mi autobús con un coche, se ha cruzado en menos de 5m los cuatro carriles... pero es que todos los autobuses hacían lo mismo, vamos, un lio, lo importante es que he terminado llegando a donde quería.


La ruta la empezado en el sentido de las agujas del reloj, además el primer tramo era el más complicado y mejor hacerlo al principio con todas las fuerzas. Aunque la muralla es accesible desde muchos puntos, hay que pagar por recorrerla, la verdad es que lo tienen complicado para controlarlo completamente, pero bueno, son 1000W y para identificarte que has pagado te ponen una pegatina. A lo largo de todo el recorrido hay varias posiciones y construccioes, cada una de ellas tiene su cartel explicativo y su nombre, además, a lo largo de la muralla hay banderas de cuatro colores, rojo, blanco, negro y azul, he pensado que serán por la orientación, pero no he preguntado.  Cuando he llegado a la siguiente puerta me he bajado para ir al Palacio Hwanseong Haenggung, pero no he ido sólo y es que según iba a buscar un restaurante o algún sitio para comer se me ha acercado un tipo con una bici y me ha empezado a dar carrete, bueno, me ha explicado un montón de cosas, aunque la mayoría no las he entendido, y me ha parado junto a un control de electricidad para explicarme que era y como se leía la tapa del registro, un tipo de lo más curioso.


El palacio es del estilo a los que he visto en Seúl, aunque al ser sábado había dentro un montón de actividades para los niños, tiro con arco, ponerse trajes... y luego una cosa que en Japón había en todas las atracciones y que aquí no hay apenas, los sellos, en este caso además había 10, uno por cada una de las partes más importantes del Palacio, así que compras un papel para ponerlos y te pones a buscarlos o sigues las indicaciones del papel, tanto da, el caso es que parecía que estaba jugando con unos niños que iban de uno a otro a poner el sello. Al final algunos no se han marcado del todo bien, pero bueno, tengo los todos.


Al final con la tontería se me había pasado la hora de la comida y he comprado una bolsa de patatas fritas, porque no he visto ningún puesto interesante de comida callejera y he retornado mi paseo por la muralla donde lo había dejado. La parte norte era bastante interesante, había dos puertas y luego la muralla pasa sobre un río y encima hay construido como un pabellón, además, unos metros más allá se encuentra otro que se usaba para descanso de las tropas que está sobre un estanque y queda muy bonito. Más adelante se encontraba la cuarta y última puerta. Aquí estaban haciendo demostración de tiro con arco, aunque con el viento que estaba haciendo, el chaval se las veía y deseaba. El último tramo de muralla tenía como cosa más interesante un conjunto de cinco chimeneas, durante el día se usaban señales de humo y durante la noche con fuego, dependiendo del número de ellas encendidas tenían un significado, si estaban las cinco es que había batalla inminente. Finalmente se cruzaba de nuevo el río y se terminaba la muralla, porque la puerta sur es la única puerta aislada y los únicos tramos que faltan son los que la unirían por ambos lados al resto de la muralla.


En conjunto la muralla mola, aunque el tramo este es bastante soso excepto las chimeneas, además va por una parte más plana, no se, el otro lado es más entretenido. Después de terminar donde empecé por la mañana me he metido en un mercado a cotillear un poco y como me he cansado enseguida he cogido el autobús de vuelta a la estación de tren y en el autobús me han vuelto a preguntar lo típico, de donde era, y tal :D La vuelta no la he hecho hasta mi estación, si no que me he bajado en Yongsan y es que le pregunté a Ji donde había tiendas de electrónica y tal y me dijo que allí.


Me he metido en el centro comercial y de lo único que he disfrutado un poco más ha sido de la planta de juguetes, porque lo que era la parte de telefonía y fotografía era agobiante o, al menos, yo me he agobiado, porque son un montón de tiendas, todas con muchas cosas, sin precios y un tipo que te mira como si fueses su próximo cliente y yo no iba buscando nada en concreto, es más no tenía intención de comprar nada, así que al final he mirado un poco por encima sin prestar mucha atención a nada y me iba a salir, pero he visto la planta de juguetes y ahí si que he podido mirar más a gusto las cosas, sobre todo una tienda enorme de mechas.


Cuando he terminado he pensado que me podía volver andando al hotel, total, no iba hacer nada y así mataba el tiempo. No estaba muy lejos, unas cinco o seis paradas de metro, pero con el palizón que llevaba encima cuando he llegado al hotel estaba reventado, me he tumbado y ni he puesto la llave en el gancho para que se enciendan las luces. De camino he vuelto a pasar por la Namdaemun y vaya diferencia han terminado practicamente las obras y se podían hacer fotos desde otros sitios que el otro día había casetas, lo único que he llegado ya con la luz justa, porque estaba anocheciento.


Para cenar me he metido en Insa-Dong que hay multitude de restaurantes y he terminado cenando una especie de torta de huevo con unas verduras, pulpo y gambas, además de los típicos platitos entre ellos el de kimchi. No ha estado mal y es que comer bien o relativamente bien no es caro y si no siempre tienes la alternativa de los puestos de comida callejeros, que tienen unos pinchos con una pinta estupenda y mañana supongo que pillaré alguno para probarlos, porque aunque el tiempo no se me ha pasado muy rápido, mañana es mi último día entero en Seúl y bueno, es un día extra que tengo porque hasta ahora más o menos todo lo que pensaba hacer ya está hecho, porque como llegué un día antes... mañana veré que hago sobre la marcha, que hay cosas por ver, seguro.

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