jueves, 29 de noviembre de 2012

Día 4 - Dachau


Hoy ha tocado excursión a Dachau. No tenía hora para salir, pero había puesto la alarma para que no se me pegaran las sábanas demasiado, así que sobre las nueve y algo me iba a la estación de tren para pillar la S2 hasta Dachau, aunque antes he comprado una "reisen", lo que para nosotros es una caracola en uno de los puestos de la estación, que me he comido mientras esperaba el cercanias.

A todo esto, nada más levantarme cuando he mirado por la ventana he visto que las previsiones no habían fallado y estaba nevando :D, en Múnich no se notaba demasiado, pero al poco de salir el tren a superficie se veía todo nevado, nada que ver con el día anterior, hoy todo blanquito y cayendo además de continúo. Así que cuando he llegado a Dachau estaba todo bajo un manto de nieve. Desde la estación hasta el campo de concentración hay unos tres kilómetros y, aunque hay un autobús (el 726), he preferido hacerlo andando, siguiendo las indicaciones y leyendo los paneles informativos.


Dachau fue el primer campo de concentración a gran escala creado por los nazis, se aprovechó una vieja fábrica y se construyeron las instalaciones y los barracones. Theodor Eicke que fue el primer director del campo y formó parte del desarrollo y construcción del mismo, un modelo que luego sería copiado en los multiples campos de concentración fundados por los nazis, ya que Eicke fue destinado a inspector de campos. Dachau no era un campo de exterminio, como lo fueron Austwitz o Treblinka, si no que el objetivo del campo consistia en reeducar a los prisioneros, así pues la mayor parte de ellos fueron prisioneros políticos. En este tipo de campos los prisioneros realizaban trabajos ya que como reza en la puerta al entrar en el campo "Arbeit Macht Frei", "El trabajo os hará libres". Los primeros prisioneros son los encargados de preparar el campo y acondicionarlo, más tarde, cuando pasa a estar bajo el control de las SS los trabajos se recrudecen, se uniforma y rapa a los prisioneros y los prisioneros son llevados hasta la muerte en el trabajo, haciéndoles vivir en condiciones infrahumanas y hacinados.


Cuando un prisionero llegaba a Dachau se le registraba, se le despojaba de cualquier documentación y objeto de valor y de la ropa, en ese momento se le asignaba un número, por el cual sería identificado y que debía aprenderse, como muchos prisioneros eran extrangeros y no sabían los números en alemán, los guardias se los enseñaban a base de palos, si un prisionero era llamado por su número y no respondía era castigado. Después del registro se les rapaba el pelo, duchaba y se les daba un uniforme. El trabajo se les asignaba según su valía, así pues los que sabian escribir tenían posibilidades de ocupar alguna de las mesas de registro.

En Dachau hubo alrededor de 200.000 prisioneros a lo largo de los 12 años de funcionamiento, de multiples nacionalidades, españoles hubo 604. A diferencia de Auschwitz de Dachau se tienen bastante más datos, ya que no era un campo de exterminio y además antes de ser liberado no fue destruido como lo fue Auschwitz, con lo cual hay bastantes datos y testimonios de supervivientes de como funcionaba y era la vida en el campo de concentración, aún así se estima que más de 40.000 pero tampoco se puede saber con exactitud, porque se enviaba a otros campos gente para su muerte.


Dachau tenía 34 barracones para unos 6.000 prisioneros, cuando los américanos liberaron el campo en 1945 había cerca de 30.000. Al principio cada prisionero tenía su propia litera, pero según se iba aumentando la población se constuyeron literas comunes, cuando no dormian en el suelo. En los primeros años los barracones debían quedar perfectamente limpios y ordenados cuando los prisioneros no salian, si esto no era así se les castigaba, las literas superiores eran las mejores, pero con el paso del tiempo no había peleas por ocuparlas porque de tan maltrechos que estaban les resultaba subir, así que sólo los más fuertes y resistentes podían hacerlo. El diseño de los barracones venía impuesto desde Berlín y en cada uno de ellos había baños y lavabos comunes. También había una barracón médico, aunque era más de cara a lavar la imagen que aliviar a los prisioneros de sus dolores o enfermedades, además hay testimonios de prisioneros que fueron a visitar al médico y este al no ver razón para que que fuesen allí les causaba heridas, por si esto fuese poco, al estar bajo el control de las SS también sirvió como laboratorio para experimentar con el cuerpo humano.

Aunque la mayoría de los presos eran políticos, también hubo judios, homosexuales, gitanos y todos aquellos que los nazis estimasen oportuno por la razón que fuese, para identificarlos crearon un código de colores y símbolos, así además generan discordia entre los propios prisioneros, que muchas veces no querían tener contacto con el resto de grupos, de esto modo los controlaban mejor. Las medidas de seguridad no eran excesivas, pero dado que se les hacía trabajar hasta la extenuación apenas les debían quedar ganas de huir, de todos modos, cuando algún prisionero entraba en la zona de seguridad era disparado, generalmente a la pierna, ya que no querían matarlos. El cuartel X albergaba el crematorio, su principal función consistía en eliminar los cadáveres de los muertos del campo, pero 1944 estaba sobresaturado y cuando fue liberado el campo los cuerpos se apilaban junto al pabellón, una foto de dichos cuerpos fue mostrada al mundo como imagen del horror nazi. Además del crematorio, había una cámara de gas, aunque no se tiene constancia de que fuese usada masivamente, como en todos los casos para el uso de esta instalación se llevaba a los prisioneros como si fuesen a ducharles, se les desnudaba y se les hacía entrar en la sala, que tenía duchas falsas en el techo, una vez dentro se activaban los conductos por donde el gas Zyklon B entraba en la cámara y mataba a los prisioneros al cabo de unos 25 minutos, después se ventilaba la sala y se pasaban los cadáveres al crematorio. Cada crematorio en el caso de Dachau tenía capacidad para dos cuerpos de forma simultanea, los hornos estaban conectados con la chimenea por unos conductos bajo los hornos.


Además de todo había otras dependencias, el búnker, al cual eran trasladados los prisioneros más conflictivos y eran aislados, era una especie de cárcel dentro del propio campo, aquí las SS torturaban o mataban a los prisioneros. Se suponía que había unas normas de obligado cumplimiento en el campo, de este modo, el que se las saltaba era castigado y podía acabar en el búnker, de todas formas, como siempre los guardias de las SS obraban según su libre albedrío y podían encerrar a cualquiera. El edificio que se presenta actualmente tiene 136 celdas a ambos lados del pasillo que recorre de un lado a otro el edificio.


El memorial se completa con cuatro monumentos religiosos para los católicos, judíos, ortodoxos y protestantes, además de un convento de las Carmelitas.

La visita ha durado unas dos horas y pico y me ha resultado muy interesante, luego la exposición que hay en el edificio principal da para bastante también, así que yo que pensaba que sería un ratito he pasado toda la mañana y, cuando he salido, la hora de la comida se había pasado, así que he terminado en un Subway cerca de la estación, y que no he visto otra cosa abierta donde meterme.

Después de comer me he vuelto al hotel a pasar un rato, antes de salir a pasear por Múnich y cenar, esta vez además sin la mochila, que llevo tres días con ella adosada a la espalda y ya está bien, que mañana antes de irme también tendré que ir un rato con ella. He cenado en el otro sitio que estuve la otra vez y he compartido mesa con alemanes, no me he enterado de nada de lo que hablaban, pero me han preguntado que de donde era y al decir español uno de ellos me ha señalado la camiseta, que era roja, y ha dicho "Ferrari" y le he dicho que no, que Red Bull y le he mostrado mi nueva cartera y me ha dado la mano, una pena que no hablasen inglés para poder hablar un poco de coches, además es curioso, antes que el fútbol ha salido la Fórmula 1, lo mismo que en España, ja! He cenado bastante bien y al final he terminado bebiendo un litro de cerveza... casi me mareo un poco, que se me sube enseguida, pero bueno, al salir como hace fresquillo entre que he llegado a Marienplatz para coger el tren, no me apetecia volver andando, se me ha bajado.

De camino he entrado en un Saturn y he pillado un disco de Edguy que me faltaba en oferta y el dvd de Batman renace :) Mañana último día, aprovecharé la mañana para acercarme al palacio y después de comer enfilar hacia el aeropuerto :(





Día 3 - Núremberg


Esta mañana me acercaba a Núremberg en el tren de las 9:06h ya que no se porqué puedes pasar de tardar una hora y cuarenta y cinco minutos a más de dos horas y media para hacer el mismo recorrido, yendo en regional, claro, que también hay ICE, pero como no vale el Bayern Pass, pues hay que ir en regional o pagar el precio del ICE. El Bayern Pass está bastante bien, cuesta 22€ y lo puedes usar desde las 9:00h hasta las 3:00h en cualquier recorrido de los regionales de Baviera y todas las veces que quieras, como ejemplo, un sólo recorrido a Núremberg costaba casi 34€ con lo cual es un buen ahorro.

Núremberg se encuentra en estado de Baviera (Bayern) y es atravesada por el río Pegnitz, tiene una población de algo más de medio millón de habitantes y se tiene noticias por primera vez de ella alrededor del año 1050. La ciudad tiene una parte antigua amurallada y en una de sus esquinas en lo alto de una colina se encuentra el castillo. El castillo ha sido ampliado a lo largo de la historia y tiene dos partes, la más interior era destinada a la realeza, en realidad ningún emperador tuvo residencia fija en Núremberg, pero si que venían de vez en cuando y celebraban banquetes, además de haber constancia de firmas de tratados en él, la parte exterior era usada por los dirigentes para llevar la ciudad. Durante la segunda guerra mundial fue bastante dañado por las fuerzas aliadas, aunque la torre Sinwell no sufrió daños y es que Núremberg fue el lugar elegido por Hitler para los mítines del partido NSDAP, así que los aliados se cebaron bastante con la ciudad, puesto que su caída tenía parte de simbolismo para la derrota de los nazis.


Cuando he llegado primero he ido, como casi siempre, a la oficina de turismo a pedir un plano, esta vez no me han atendido en castellano, pero si que me han dado un plano en el y las indicaciones para llegar, sobre todo al castillo, que no está muy lejos de la estación, a una media hora y vas cruzando toda la parte antigua de la ciudad, que es practicamente una reconstrucción de la original, porque ya digo que apenas quedó piedra sobre piedra. De camino he cruzado la ciudad y he visto que estaban montando el mercadillo navideño, así que a Núremberg todavía no ha llegado la navidad, pero falta poco.
  

El castillo se encuentra en una de las esquinas y tiene diversas zonas accesibles, aunque hoy tenían cerrado el palacio, pero he entrado en el museo y subido a la torre Sinwel, un torreón redondo. El museo cuenta un poco la historia del castillo y luego tiene una colección de armas y armaduras. Este tipo de exhibición me gusta menos que en otros en los que te cuentan para que se usaba la habitación donde estás o el uso que se le daba al castillo pero había cosas interesantes, como una cota de malla de cuerpo entero que no he logrado adivinar como se la podían poner, porque tenía perneras y mangas... como tuviese una apertura por la espalda... Después de esto he subido a la torre y que mérito tenían antiguamente para construir ciertas cosas y con unas soluciones bastante inteligentes para aquella época, porque la escalera interior me ha parecido una gran obra.

Al bajar he terminado la visita del castillo y he salido a buscar las cuevas, y he pillado la entrada para el siguiente grupo a las 13:00h así que no me daba tiempo a comer, per si para entrar en la iglesia de San Sebaldo, un templo enorme con unas vidrieras a juego. Cuando he salido era la hora de bajar al subuselo.


Menos mal que tienen audioguía, porque la guía no habla nada de inglés, así que iba siguiendo el recorrido con la oreja pegada al chisme, primero se baja por un búnker de la II guerra mundial, bastante impresionante la entrada, ya que a modo de ejemplo hay una foto de un bombardero américano soltando bombas y una bomba colgada del techo. El subsuelo de la ciudad antigua de Núremberg está casi totalmente perforado ya que en el subsuelo se construian galerias en la edad media para la fabricación de cerveza, así que el búnker conectaba con parte de estas galerias a través de un túnel de casi 70m, del ancho de una persona y de 1.60m de altura, así que me he tenido que agachar un poco. (En la foto lo que hemos recorrido es la parte naranja).

La visita me ha gustado mucho, nos han explicado como se fabricaba la cerveza, las soluciones que empleaban en la edad media para mantener a temperatura constante las cuevas, los problemas que presentaba el subuselo y como los iban resolviendo, en fin, una experiencia bastante completa, a la que además han ayudado los electricistas que estaban poniendo las señales de salida de emergencia cortándonos tres veces la luz, menos mal que la guía iba preparada con una linterna. Al terminar nos han explicado como se fabrica actualmente la cerveza y cuando he salido era la hora de la comida, bueno, un poco más tarde de lo normal aquí, pero me he acercado a un sitio que había visto al ir hacia el castillo y que no tenía mala pinta.


Por la tarde era la hora de aprovechar para ir a ver el Núremberg nazi. Aquí he perdido más tiempo de la cuenta porque en vez de irme hacia el centro de documentación me he ido al edificio donde se celebraron los juicios, así que he tenido que volver sobre mis pasos y coger el tranvía, después de haber llegado hasta allí en metro, pero lo he hecho con el mismo billete, creo que no lo he hecho mal, porque ponía que durante hora y media se podía usar, de todos modos, como nadie me lo ha pedido, no ha habido problema y es que una de las cosas de aquí es que pagas casi si quieres, porque a diferencia de Praga, por poner un ejemplo, no he visto a ningún "pica" en ninguna parte y para entrar en el metro no hay ni tornos, pero bueno supongo que la gente es decente y paga su billete, al menos yo lo he hecho.

Una vez llegado al centro de documentación antes de entrar me he acercado al campo de Zeppelin, junto a este campo está la grada desde donde Hitler soltaba sus discursos a los militantes del partido, actualmente la grada, aunque no recibió daños durante los bombardeos ha perdido parte del "explendor" que tuvo en el mejor momento del NSDAP y es que las columnas no han aguantado el paso del tiempo y se demolieron, lo mismo que las torres laterales que están sólo a la mitad de la altura original y, por supuesto, la cruz gamada que coronaba el centro de la grada, que fue detonada tras la ocupación aliada y rendición de la ciudad como simbolo de la muerte del nazionalsocialismo. Aún así cuando me he puesto en el sitio que Hitler ocupó dando sus charlas he pensado en lo que debía ser aquello con doscientos mil alienados ciegos siguiendo a su líder. El campo de Zeppelin está igual que la grada un poco dejado de la mano, pero aún estando como están las cosas se invierten todos los años varios miles de euros en su conservación.


Estos dos elementos son sólo una parte de todo lo que Hitler diseñó o pensó como arquitecto mayor del estado y que Albert Speer ejecutó. El complejo está explicado en el centro de documentación que he visitado después y era, un proyecto inmenso que se detuvo practicamente cuando Alemania invadió Polonia y dio comienzo la II guerra mundial, aún así se llegaron a construir algunas cosas, como el edificio donde está el centro de documentación a imagen y semejanza de un foro romano, la grada, el campo de marte donde en los días de mitín se celebraban juegos bélicos, todo con un estilo sobrio destinado a impresionar y dar la sensación a la gente de que son muy pequeños en comparación.

A la salida ya era un poco tarde, porque además quería volver en el tren de las 19:10h, por aquello de no llegar muy tarde, así que tras hacer una foto nocturna al centro de documentación desde la otra orilla del lago, que no se por qué estaba seco, me he ido a coger el cercanías y ya en la estación esperar la salida de mi tren para Múnich.


Una visita muy interesante la de Núremberg, aunque con tantas cosas por ver me he quedado corto, porqeue hay bastantes museos, entre ellos uno de Durero, y es que la ciudad tiene bastante historia, aunque parte de ella sea triste.

Mañana aún tengo que decidir que hacer, pero supongo que me acercaré a Dachau...otro lugar de esos que no debemos olvidar para que no se repita, aunque viendo al genero humano es complicado porque cometemos muy a menudo los mismos errores.



miércoles, 28 de noviembre de 2012

Día 2 - Salzburgo


Día de excursión a Salzburgo, estaba indeciso entre ir a Füssen para ir al castillo de Neuschwanstein o a Salzburgo y al final viendo la previsión del tiempo me decidí por la ciudad austríaca donde nació Mozart. La ciudad es la cuarta en polación de Austría y es atravesada por el río Salzach, lo más interesante se encuentra todo concentrado bajo el castillo de Hohensalzburg. Cuando he llegado lo primero que he buscado ha sido la oficina de información turística que está en la estación, me ha atendido una chica en castellano que hablaba a todo trapo y en un momento con la ayuda de un plano me ha indicado como llegar a la zona medieval, que no está lejos de la estación y se puede ir andando.


Antes de cruzar el río he pasado por los jardines del castillo de Mirabel, aunque más que un castillo es un palacio, los jardines en esta época no es que luzcan demasiado y no había apenas flores, aunque se adivinaban los diseños, ya que la tierra estaba delimitada por la hierba, aun así tiene unas estatuas bastante interesantes. Para cruzar el río lo he hecho por el puente Makarsteg, un puente más en donde las parejas de enamorados colocan candados, aunque no estaba tan saturado como otros que he visto.

Una vez en la ciudad vieja es una zona peatonal casi en su totalidad, además como estamos llegado a la Navidad, aquí también la tienen y tienen todas las calles con adornos, luces y demás elementos, además, cmo en Múnich un par de plazas están ocupadas por mercadillos navideños, bastante bien montados, la verdad, porque en uno de ellos había wi-fi gratis en la Domplatz, que es la plaza que está enfrente de la catedral.

Las calles del interior están comunicadas unas con otras por pasajes que se abren en algunas casas, atraviesas una especie de patios interiores y sales a la otra calle, la verdad es que está bastante chulo, en esos pasadizos hay comercios igualmente, ya que la zona es bastante comercial, aunque me esperaba más oferta gastronómica y no he visto demasiada, casi había más restaurantes internacionales que de comida del país. Esto viene a que al poco de llegar he comido, más o menos para adaptarme a las costumbres locales y porque si no iba a ser peor hacerlo después de subir al castillo, ya que sería tarde para la hora habitual, de todos modos, antes de comer he estado paseando un poco y he hecho un amago de entrar en la catedral, pero lo he dejado para después pensando que tendría algo más aparte del templo.


Después de comer lo primero que he hecho ha sido subir al castillo, para subir se puede hacer andando o en funicular y optado por lo segundo, más comodo, además es bastante moderno, aunque originalmente el castillo ya tenía algo parecido pero tirado por caballos para subir los suministros, además el giro de los caballos para tirar de las mercancias hacía mover una rueda de molino. El castillo es del año 1077 más o menos y es la fortaleza más grande que se conserva en Europa en su interior hay varios museos, entre ellos uno de marionetas, muy chulo, con ellas se hacían reprensentaciones de obras musicales. Además había una trampilla que la abrias y subía una con cabeza de calavera y risa tétrica.

El museo de la fortaleza está bastante chulo, tiene una parte de las cámaras principales que molan un montón y luego hay armas, uniformes militares y cosas a lo largo de todas las habitaciones, además de curiosidades de la fortaleza como la que comentaba antes de los caballos. En realidad pensaba que me iba a llevar más tiempo ver todo, pero al final he terminado antes de lo previsto y se me ha chafado un poco la idea que tenía de hacer foto nocturna desde arriba y esperar iba a ser una perdida de tiempo, pudiendo aprovechar ese tiempo en ver más cosas. Asi que al bajar he entrado en la catedral, impresionante la altura de la cupula del crucero, pero pensaba que se podría subir a alguna de las torres, pero nada, lo que había era la sala principal del templo y en los laterales diversas pinturas.


Después de pasear un ratito más sin un rumbo fijo ha caído el sol y antes de subir a la fortaleza había visto un cementerio, así que he entrado para hacer algunas fotos sin luz. Estaba bastante chulo, además las velas de algunas tumbas le daban un aire más tétrico, no se, no soy muy maniatico para esas cosas, los muertos en realidad son los menos molestos, así que he estado un ratito haciendo fotos, aunque tampoco han salido como pensaba, porque hacer un buen encuadre estaba complicado, no había demasiado espacio. Cuando me he cansado era la hora de ir pensando en comer algo e ir yendo hacia la estación, porque de camino pensaba hacer algunas nocturnas de la fortaleza, pero cuando he querido hacerlas había bajado una bruma que ha ocultado la fortaleza, así que mi gozo en un pozo, aunque tengo un par desde la Kapitelplatz.


Mientras daba el último paseo por el interior de la ciudad medieval he encontrado una tienda de Red Bull, no de la bebida, si no de lo que es el merchandising de los diferentes deportes que patrocina la bebida, que además tiene la fábrica cerca de Salzburgo, he entrado y tenían un montón de cosas, motos, un casco de Vettel y en una pared al fondo conlgado uno de los monoplazas de la escuderia... al final he mirado un poco las cosas del equipo de Fórmula 1 y, aunque tenían ya las camisetas del tricampeón del mundo tanto de Vettel como de la escuderia he comprado un polo de manga larga con el nombre de la escuderia en la espalda bordado y RB8, el nombre del coche de esta temporada, además he comprado una cartera que la que tenía estaba en las últimas. Tras esto he parado en un puesto a cenar, porque en Múnich ya no me iba a dar tiempo llegando sobre las diez.


De camino a la estación he hecho algunas nocturnas, pero la que quería que era la de la ciudad abajo y la fortaleza no ha podido ser, de todos modos he entrado de nuevo en los jardines de Mirabell para hacer fotos a las estatuas y he ido recorriendo la orilla. Y con esto se terminaba mi visita a Salzburgo, me he quedado cosas por ver, porque no he entrado en ninguna de las dos casas de Mozart ni he ido a otro par de castillos que hay, pero bueno, más o menos el tiempo lo he aprovechado y me he hecho una idea de la ciudad, que mola.

Al final no me voy acercar al castillo de Neuschwanstein, mirando los horarios y precios de las entradas advierten que la fachado norte está en obras.... así que no creo que merezca la pena darme el paseo, habiendo estado antes y con la intención que tenía de hacerle fotos, así que he cambiado de destino y me acercaré a Nuremberg.


lunes, 26 de noviembre de 2012

Día 1 - Múnich


Como tenía que terminar mis días pendientes de vacaciones antes de final de año elegí la última semana de Noviembre para hacerlo, así también quedaba un poco libre Diciembre para que el resto de compañeros pudiese elegir los días, ya que a mi me daba un poco igual las fechas. En prinicpio no tenía intención de ir a ningún lado, pero un sábado, me puse a mirar sitios a donde poder ir, más que nada por curiosear un poco y al final terminé comprando un billete de avión para Múnich, la verdad es que estaba bien de precio y, aunque ya había estado antes me apetecia volver con la cámara grande y también para ver si un día me dedicaba al spotting fuera de Barajas y Múnich no es Frankfurt en cuanto a tráfico, pero no está mal. Así que una vez comprado el billete reservé también el hotel y he vuelto al mismo de la primera vez, así que es viaje un poco al pasado.
 
Como voy a estar varios días y no sólo el fin de semana el vuelo de ida me daba un poco igual que fuese a primera hora o más tarde, aunque siempre queriendo salir por la mañana para aprovechar el día, así que el vuelo que tenía salía a las 12:10h. Con bastante tiempo de sobra me fui para el aeropuerto, ya que había dejado las cosas preparadas por la noche. Al llegar a facturar no había casi gente, así que ha sido bastante rápido el único problema, aunque no lo ha sido realmente, es cuando me ha pedido que pusiese el equipaje de mano en la cinta... el máximo en cabina con Lufthansa son ocho kilos y yo me pasaba por cinco, es más la maleta pesaba lo mismo que mochila... La chica me ha dicho que si podía pasar algo a la maleta y le he dicho que no, que son cosas delicadas, así que me ha dicho que para la vuelta lleve el portátil en la mano para ponerlo debajo del asiento, un poco tontería pero bueno lo haré así para evitarme problemas a la vuelta, aún así, creo que me
seguiré pasando un poco de los ocho kilos.

Antes de pasar a embarcar me he tomado un café con los compañeros, parece que hubo lio el fin de semana y tuvo que ir la guardia al aeropuerto... mala suerte, porque esa guardia se suponía que me tocaba a mi, pero como le debía unas horas a un compañero, se lo pasé a él, la verdad es que llevábamos tiempo sin problemas, así que a alguno le iba a tocar tarde o temprano. Después del café hora de embarcar, el avión ha llegado un poco tarde, así que hemos salido con retraso, pero lo ha recuperado en vuelo y hemos llegado a la hora que tenía marcada. Ya que estaba en el aeropuerto he preguntado por el horario de la terraza, era una de las cosas que quería hacer, spottear un poco desde la terraza, pero me parece que esta vez no podrá ser, está cerrada. No habiendo nada más que hacer en el aeropuerto he cogido el tren para Múnich.

Al final llegaba sobre las cuatro y algo al hotel y poco después de llegar a anochecido, si, antes de las cinco de la tarde ya es de noche, con lo cual el paseo que he dado ha sido nocturno. Aunque me habían dado de comer en el vuelo, el servicio de Lufthansa es poco más o menos el mismo que el de Iberia (ejem) y en un vuelo de corto radio siguen dando de comer por el precio del billete, no es que sea para tirar cohetes, pero se dejaba comer y, sobre todo, es el detalle de cobrarte por ello, de todos modos, cuando he llegado a Múnich tenía un poco de hambre. Me he puesto a andar y me he dirigido hacia la Marienplatz, aunque ya me había percatado a llegar al salir de la estación, cuando he llegado a Karlsplatz he confirmado definitivamente que en Múnich ya es Navidad, han montado una pista de patinaje sobre hielo y hay luces por todas partes, además entre las dos plazas hay un montón de puestos con adornos navideños y demás parafernalia navideña mezclados con los puestos de cerveza, vino caliente, salchichas, dulces...

Por culpa de este mercadillo en la Marienplatz apenas he podido hacer fotos del nuevo ayuntamiento, además hay bastantes obras en esa zona y, como casi siempre, alguna de las cosas interesantes para fotografiar está con los andamios, esta vez ha sido en la catedral, una de las dos torres está cubierta totalmente. He entrado, pero como estaban en un oficio me he salido ya volveré otro día. He estado demabulando un buen rato, ubicando alguno de los sitios y ya están localizados los dos restaurantes donde estuve la vez anterior cenando, que me gustaron bastante y como normalmente hasta que me decido por un sitio tardo bastante, esta vez me quito esa indecisión.
Estos alemanes en cuanto tienen oportunidad te sacan los puestos de comida y bebida a la calle, así que el mercado de la Marienplatz no es el único, en los alrededores hay otros tres más en diferentes sitios, uno de ellos dentro del patio interior de la Residenz München, que tiene unos puestos para que los niños estén etretenidos un rato con figuras que se mueven y hablan, un cortilandia en miniatura. Al final andando de un lado a otro he terminado recorriendo casi lo mismo que la otra vez, porque he llegado hasta el Deutches Museum que está en una isla en el río Isar.

Una de las diferencias que noto cuando estoy fuera de España es la iluminación de las calles, por ahora no he estado en ningún sitio donde esté todo tan iluminado como en España, de verdad, es increíble la cantidad de luces, farolas y demás que tenemos en Madrid, por ejemplo, comparado con Múnich, he paseado por una de las orillas de l río y había una farola cada cien metros o más, la verdad es que ahí andaba un poco corto de luz, pero en las calles, no hay tantas farolas y hay luz suficiente, que se trata de no ir a oscuras pero no de que estemos como a plena luz del día, además aquí hay menos tráfico, al menos por el centro no es tan bullicioso como Madrid.

Para cenar he ido a uno de los sitios de la otra vez, uno que tenía un buen recuerdo y no me ha defraudado me he tricando un par de trozos de codillo asado que estaban de lujo, y de postre un apfelstrudel, lo que me gusta ese postre, está de muerte. La vuelta estaba tan lleno y un tanto cansado que me he metido en el tren y me ha pasado como la otra vez, en Marienplatz no he bajado al andén que me correspondía y he tenido que darme la vuelta, lo curioso es que estoy en el andén y se me acerca un elemento y me pregunta algo sobre un billete y le digo que no soy de aquí y se ha molestado, al menos ha puesto a soltar algo en alemán que logicamente no he entendido, me ha recordado vagamente a un problema que tuvo un compañero mío con una señora en el aeropuerto, pero bueno, no se que diría ni me importa.
Mañana tengo dos opciones o acercame a Salszburgo o ir a Neuchwastein, va a depender del tiempo pero ojalá que mañana haga el mismo día que hoy que cuando he llegado había sol y un cielo chulísimo con nubes.